AFBEL lleva a la radio los retos y oportunidades actuales del sector de bienes de equipo eléctrico

AFBEL @ Conecta Ingeniería - Capital Radio
  • El miércoles 17 de enero el programa CONECTA ENERGÍA de CAPITAL RADIO entrevistó a Guillermo Amann, Presidente de Asamblea General, para que explicara en profundidad los últimos avances tecnológicos que se han producido en el sector eléctrico para ofrecer un amplio abanico de servicios a los consumidores más eficiente.

En esta entrevista Guillermo Amán quiso destacar en primer lugar la necesidad de reforzar la red y dotar de inteligencia la red, es decir, utilizar de manera más eficiente la red que tenemos. Un sistema 100% renovable solo es posible con una red absolutamente automatizada e inteligente y con una capacidad de almacenamiento superior al actual.

Para ello es necesario, un “sistema regulatorio estable y ambicioso” para disponer de infraestructuras eléctricas sólidas, modernas, avanzadas y altamente digitalizadas con las que afrontar situaciones extremas, tanto climáticas como otras posibles situaciones (sanitarias recientemente) que se puedan dar en el futuro.  Garantizar la estabilidad regulatoria como pilar esencial para la seguridad jurídica de los inversores es absolutamente necesaria para disipar la amenaza que están sufriendo este tipo de inversiones.

Igualmente, Amann resaltó que las necesidades de inversión en red son cada vez mayores y seguirán aumentando toda vez que se integren completamente todas las renovables y descarbonicemos totalmente el sistema eléctrico.

Dar visibilidad al papel fundamental del sector e de bienes de equipo eléctricos en la economía española integrado por una mayoría de pymes con plantillas que destacan por su elevada cualificación es la misión de AFBEL que se muestra optimista al esperar que en 2024 se avance progresivamente en la descarbonización.

La gastronomía apuesta por la electrificación basada en renovables para combatir la crisis energética

electrificación en la gastronomía

Guillermo Amann, portavoz del Foro para la Electrificación ha moderado el webinar ‘Conscious Business: Gastronomía y electrificación. El futuro de la gastronomía sostenible’, en el que han participado Bosco López Landa, Paco García, Nil Rosique, Carmelo San Martín y Sergio Martín de las Heras

El Foro para la Electrificación ha celebrado ‘Conscious Business: Gastronomía y electrificación. El futuro de la gastronomía sostenible’, un webinar donde profesionales destacados han profundizado sobre las etapas y procesos necesarios, a lo largo de toda la cadena de valor, para que la comida llegue a nuestros platos de forma sostenible.

En esta jornada, desde el prisma de los ODS, se han abordado las evoluciones que se están implementando en este sector, tan importante en nuestro país, para conseguir minimizar su consumo energético y su impacto medioambiental y reducir al mínimo el desperdicio de recursos naturales. Para ello, recuerdan, es imprescindible tener en cuenta a toda la cadena de valor, desde el origen de los ingredientes y sus formas de su cultivo y/o producción, hasta su transporte a los mercados y cómo llegan finalmente a nuestra mesa.

Un webinar necesario, ahora más que nunca, puesto que es un sector clave en nuestro país que, teniendo en cuenta la producción agrícola, la distribución, el turismo gastronómico y la hostelería, supone el equivalente al 33% del PIB, dando empleo, además, al 18% del total de los trabajadores en España.

Guillermo Amann, portavoz del Foro para la Electrificación, ha moderado la sesión en la que ha participado Bosco López Landa, Scout de Tecnología e Innovación en BOSCH y Co-founder en FVC Consulting; Paco García, director durante 22 años del restaurante con estrella Michelin El Lago y fundador de Calma-Eladio; Nil Rosique, Business Developement Partner de KROPTEK; Carmelo San Martín, gerente corporativo de Calidad y Medio Ambiente en Zamora Company – Ramón Bilbao; y Sergio Martín de las Heras, director de operaciones en Abadía Retuerta LeDomaine.

Bosco López Landa, Scout de Tecnología e Innovación en BOSCH y Co-founder en FVC Consulting, ha asegurado que “estos momentos de crisis energética traen consigo una serie de desafíos para las empresas a la hora de buscar nuevas cadenas de suministro y nuevas formas de hacer las cosas”, destacando también que “el consumidor cada vez está más concienciado y hay que ser transparentes para que comprueben que la eficiencia energética y la sostenibilidad son reales”. Además, ha destacado que la llamada OIT o internet de las cosas impacta también en la eficiencia energética aplicando algoritmos de control que ayudan, no solo a mejorar la experiencia de usuario, sino también a ahorrar a las familias.

Paco García, director durante 22 años del restaurante con estrella Michelin El Lago, fundador de Calma-Eladio y pionero y referente de la filosofía slow food y los productos Km0, ha destacado que “creamos Calma-Eladio por la necesidad del sector de encontrar productos de cercanía, para satisfacer su demanda”, porque mientras que cuando comenzaron era una actividad pionera, “ahora los restaurantes y hoteles se suman a los productos de cercanía o Km0 y de temporada, es una realidad y una corriente que no tiene marcha atrás, eliminando las cadenas de suministro”. También ha destacado la importancia del cambio en los pequeños y medianos agricultores con un caso real de uno de sus productores que afirma que “las placas solares son lo mejor que he sembrado nunca”, porque además de permitirle reducir drásticamente su factura le permiten, gracias a la sombra que proporcionan puede cultivar otras variedades.

Nil Rosique, Business Developement Partner de KROPTEK, ha ofrecido datos importantes: la agricultura tradicional es responsable de 1/3 nuestra huella de carbono y en 2050 necesitaríamos 2 planetas tierra para seguir produciendo para alimentar a la población humana, por ello crean granjas verticales totalmente controladas en las que se puede cultivar todo el año y sin necesidad de pesticidas, a la vez que “se elimina la cadena de suministro propiciando productos de Km0”, poniendo como ejemplo la granja que tienen en marcha en Canadá, permitiendo el cultivo, a pesar de las temperaturas extremas, de frutas y verduras que antes sólo podían importar desde California o México (a 8.000 km), ahorrando miles de kilómetros de transporte. También ha destacado el ahorro que supone este sistema, aun con la implantación de las infraestructuras necesarias, “poniéndolo en una balanza, 1gr de fruta o verdura importada, frente a 1 gr de fruta cultivada en una granja vertical supone un ahorro en 2022, de 92 zonas de emisiones de Co2 a la atmósfera y para 2023 (con la ampliación prevista) tenemos previsto reducir unas 180 toneladas de emisiones a la atmósfera”.

Carmelo San Martín, gerente corporativo de Calidad y Medio Ambiente en Zamora Company – Ramón Bilbao, ha destacado que desde Ramón Bilbao participan, junto con la Federación Española del Vino en hacer la certificación ‘Wineries for Climate Protection’ “accesible para todas las empresas del sector, independientemente de su tamaño” afirmado que para acceder a certificaciones de sostenibilidad como esta “las empresas tienen que tener una hoja de ruta para medir y conocer sus consumos, qué procesos o qué maquinaria están incrementando ese consumo y qué medidas pueden ser eficientes”, destacando 3 ejes: la energía, el consumidor y el equipo de la propia empresa. También ha destacado el trabajo de la bodega “tan vinculada, desde hace años, en la protección del medioambiente entendiéndolo como parte del crecimiento socioeconómico de la zona y su entorno”

Sergio Martín de las Heras, director de operaciones en Abadía Retuerta LeDomaine, ha recalcado que, desde el sector del lujo, “la sostenibilidad no es un lujo, es una necesidad y los viajeros así lo entienden”, destacado lo importante que ha sido para su compañía, recibir la estrella verde Michelin, en 2020, que reconoce a los restaurantes que apuestan por la sostenibilidad y describiendo su modelo que incluye más de 35 productores locales, un centenar de productos de proximidad y su propio huerto orgánico, gestionado por un hortelano de la zona con agricultura sostenible. También cuentan con la certificación ‘Wineries for Climate Protection’ y al respecto ha profundizado en lo que han supuesto sus políticas de eficiencia energética poniendo por ejemplo el 30% de ahorro que ha supuesto la instalación de placas fotovoltaicas, como el consumo medio de 60 hogares españoles, también evita la emisión de unas 2.250 toneladas de Co2 en los próximos 20 años, “al final es cuidar del entorno y concienciar, tanto al huésped, como al equipo humano que forma Abadía Retuerta, de lo importante que es la sostenibilidad para nosotros.”

Finalmente, Guillermo Amann, portavoz del Foro para la Electrificación, ha concluido que “es importante como sociedad que seamos conscientes de todas las actividades que se engloban en el sector de la gastronomía y dar a conocer el esfuerzo que todas las empresas están realizando para acometer la electrificación necesaria para reducir las emisiones de Co2 y descarbonizar, también con la forma en la que comemos cada día, nuestra sociedad y economía”, destacando además “el reto que supone que el consumidor conozca todas las evoluciones y esfuerzos que se están realizando para que también pueda decidir comer de forma consciente y sostenible”.

Estabilidad regulatoria para la independencia energética en tiempos de crisis

Guillermo Amann - presidente asamblea general AFBEL
Por Guillermo Amann, Presidente Asamblea General de AFBEL, para El Periódico de la Energía

La convulsión internacional provocada por la invasión de Ucrania por parte del ejército ruso pone de relieve la necesidad de mejorar la seguridad energética de Europa a través de la minimización de la dependencia de las fuentes primarias

Este conflicto es un claro ejemplo de los vínculos enmarañados entre los sistemas energéticos y la seguridad nacional, y demuestra vívidamente los costos sociales y económicos de impulsar el uso de combustibles fósiles. La independencia energética europea solo se puede conseguir, dado el estado actual de la tecnología, con la intensificación de la generación mediante energías renovables lo antes posible.

Este reto ya estaba en la agenda de la UE y los gobiernos nacionales, por la cuestión medioambiental de la lucha contra el cambio climático, pero la crisis global generada por el conflicto no ha hecho más que mostrarnos la vulnerabilidad de Europa y la necesidad imperiosa de trabajar a contra reloj para caminar mucho más rápidamente hacia la autosuficiencia energética. Basta como ejemplo las palabras del ministro de Finanzas de Alemania, Christian Lindner, quien llamó recientemente a las energías renovables «energías de libertad«.

Es un hecho que la Unión Europea depende de Rusia para el suministro de energía, ya que importa de ese país; el 41% del gas natural y el 27% del petróleo que consume. La propia presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, reiteró hace unos pocos días en Berlín su deseo de que Europa deje de depender de Rusia, diversifique sus fuentes de energía y acelere su inversión en energías renovables.

El pasado 3 de marzo, en respuesta a los impactos en el mercado energético de la invasión rusa de Ucrania, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) publicó un plan de propuestas para reducir la dependencia de la UE del gas natural ruso en más de un tercio en un solo año. Entre las acciones inmediatas propuestas de la AIE se incluyen aquellas que específicamente inciden en el corto plazo como son las relativas a no firmar nuevos contratos de suministro de gas con Rusia, reemplazar los suministros rusos con gas de fuentes alternativas o introducir obligaciones mínimas de almacenamiento de gas para mejorar la resiliencia del mercado. Pero también proponen que Europa acelere el despliegue de nuevos proyectos eólicos y solares.

La Comisión, y todos los actores involucrados, sabemos que el mayor cuello de botella para la expansión de las energías renovables son las complejas normas y procedimientos que existen en toda Europa para la concesión de permisos de nueva energía eólica y solar. Hacer cumplir los plazos de la UE para las decisiones de permisos que entraron en vigor hace muchos meses es de suma importancia ahora más que nunca. Al igual que lo será la próxima orientación de la Comisión a los Estados miembros sobre cómo pueden simplificar exactamente sus procesos de concesión de permisos.

No tenemos que olvidar que el despliegue de las energías renovables requiere enormes niveles de nuevas inversiones. Esto, a su vez, requiere inequívocamente la imprescindible estabilidad regulatoria que no ahuyente la inversión. Las normas europeas del mercado de la electricidad proporcionan esa estabilidad. Manipularlos, por ejemplo, permitiendo que los gobiernos cambien las reglas sobre cómo se fijan los precios, eliminaría esa estabilidad y congelaría las inversiones con el consiguiente impacto nefasto sobre toda la cadena de valor mayoritariamente “made in Europe”. Esto significaría no solamente menos energías renovables sino un frenazo significativo a los sectores como el de bienes de equipo eléctrico tan consolidado en nuestro país.

La promulgación de medidas a corto plazo debe ir encaminada fundamentalmente a la protección frente a altos precios de los consumidores de electricidad vulnerables y no al intervencionismo en el mercado.

El esperado documento que está elaborando la Comisión Europea sobre los precios de la energía deberá ser una gran oportunidad para trazar el curso que dará lugar a la rápida expansión de las energías renovables y la seguridad energética y eso pasa por una inequívoca estabilidad regulatoria que no ponga en peligro las inversiones necesarias para consolidar un sistema eléctrico basado en fuentes de generación autóctonas.

Entrevista Guillermo Amann, Presidente de la Asamblea General de AFBEL

Guillermo Amann
Descarga aquí la entrevista de la Revista MMi en PDF

Desde que se inició la crisis sanitaria por la COVID-19, el sector de bienes de equipo ha demostrado ser esencial para el suministro eléctrico, facilitando que todas las infraestructuras críticas continuasen prestando servicios de forma ininterrumpida. ¿Se ha traducido esto en mejores perspectivas para el sector?

En los peores momentos del confinamiento, al inicio de la pandemia, nuestro sector fue muy consciente de la criticidad del correcto funcionamiento de la red eléctrica y del papel fundamental que nosotros teníamos que jugar para mantener el suministro de todo tipo de equipamientos. Nos preparamos en nuestras fábricas y con toda la cadena de valor para poder atender a todas las necesidades tanto en España como en mercados exteriores. Además, negociamos con el Ministerio de Economía para ser declarado sector esencial y, por tanto, no estar sujetos a limitaciones o cierres de actividad.

Podemos estar orgullosos de que España fue uno de los pocos países europeos en los que el sector de bienes de equipo eléctrico ha seguido funcionando durante toda la pandemia sin apenas disrupciones. Este hecho nos ha hecho más fuertes y ha apalancado nuestra reputación internacionalmente.

Podemos afirmar así que las perspectivas a medio plazo del sector han salido netamente reforzadas.

 

Además, la necesidad de que las redes sean más inteligentes hace que las empresas productoras de bienes de equipo tengan que adaptarse a las nuevas necesidades tecnológicas del mercado. Ello hace que se dinamice el sector.

Así es. La digitalización de las redes de distribución, incluidas las de baja tensión, supone un reto tecnológico para el que los fabricantes españoles estamos sobradamente preparados.

No es posible manejar un sistema eléctrico de futuro basado en fuentes de generación renovable, en muchos casos conectadas a la red de media e incluso baja tensión, con infraestructura de recarga masiva para vehículos eléctricos, con sistemas de gestión de la demanda y almacenamiento distribuido, sin una sólida inteligencia digital debidamente automatizada y comunicada en tiempo real.

Esto no supone ninguna amenaza para los fabricantes españoles. Hace muchos años que hemos adaptado nuestras estructuras de I+D al reto de la “smartización”, digitalización y comunicabilidad. Nuestro portfolio de soluciones para la automatización y digitalización compite a nivel global y, diría aún más, por nuestra propia idiosincrasia de empresas flexibles, estamos situados en una posición óptima para poder atender en detalle y a medida las necesidades de cada cliente individualmente.

 

El Plan Nacional Integrado  de Energía y Clima (PNIEC) prevé una penetración de las renovables del 70% para 2030 y del 100% para 2050. ¿Cree que estamos en la senda de conseguir este ambicioso plan?

No tenemos más remedio que asumirlo y acometer el reto que nos plantea el PNIEC.

Es ambicioso, sí, pero es realizable.

Recuerdo que cuando a principios de este siglo comenzó el despliegue masivo de generadores eólicos, la discusión técnica versaba alrededor de qué porcentaje de generación eólica era capaz de absorber y gestionar el sistema eléctrico.

Oí decir en voz alta que era técnicamente inviable la gestión del sistema con más de un 10% de generación eólica. Me refiero a potencia instantánea y no a energía. Acometer objetivos más ambiciosos se consideraba simplemente una quimera.

¿Y cuál es la realidad hoy? Todos la conocemos; el 32% de toda la energía consumida en España en el año 2020 viene de fuentes renovables (40% contando la hidráulica) con picos de cobertura diarios de más del 50% (más del 65% con la hidráulica).

Esta evolución tecnológica ha sido posible, en gran parte, por el esfuerzo realizado durante años por Red Eléctrica de España en la digitalización y automatización de su infraestructura.

Si realizamos ese mismo esfuerzo en la red de distribución e integramos los necesarios sistemas de almacenamiento, el reto PNIEC va a ser posible. Pero sin inteligencia de red, digitalización y automatización nunca sería posible manejar los flujos de energía en un escenario de alta penetración de fuentes renovables, muchas de ellas embebidas en la red de distribución.

 

Esto llevará aparejado la necesidad de modernizar las redes eléctricas. ¿Están preparadas la red de transporte y las redes de media y baja tensión?

La modernización de las redes es condición sine qua non; sin adaptar las redes no puede haber transición energética.

Como he dicho, la red de transporte ha hecho un esfuerzo titánico de adaptación para la gestión de fuentes de generación intermitente y su realidad a día de hoy es que está plenamente digitalizada. Naturalmente, hay que mantenerla, renovarla y ampliarla en la medida que vayamos ahondando en la electrificación de la economía, pero a día de hoy ya es una de las mejores del mundo.

El reto fundamental está en la red de distribución. Subestaciones y centros de transformación deben ser digitalizados y automatizados. La estabilidad de la tensión en zonas de alta penetración degeneración distribuida sólo se podrá conseguir con la instalación de transformadores inteligentes. Y, para gestionar la demanda y las necesidades de los productores-consumidores y para ofrecer servicios de agregación, flexibilidad y gestión de la demanda, se necesita digitalizar (y en cierta medida automatizar) la red de baja tensión.

Todas esas inversiones en red de distribución son inversiones reguladas y sólo se podrán acometer si se aumenta de forma significativa el techo del gasto, actualmente situado en el 0,14% del PIB. Ese nivel de inversión cubre las necesidades de renovación, extensión y refuerzo de la red; pero no es suficiente para dotar al sistema eléctrico de la inteligencia necesaria para gestionar un sistema eléctrico como el que he definido antes.

Es imprescindible considerar por ley que el sistema de distribución precisa de un mayor volumen de inversión para poder acometer la transición ecológica.

 

La otra cara de la moneda de las renovables es que generan electricidad de forma intermitente, no 24/7. ¿Qué pasa cuando se va la luz del sol o cuando el viento deja de soplar? ¿Cómo se garantiza la seguridad del suministro?

El sistema funciona en la actualidad con altas tasas de penetración de renovables. Funciona gracias a la flexibilidad que le confieren el almacenamiento por bombeo, la generación hidráulica y los ciclos combinados; todos ellos de rápida respuesta y fácil regulación.

Pero, para llegar a los ambiciosos objetivos de penetración de renovables que plantea el PNIEC y seguir la senda de la descarbonización, es imprescindible dotar al sistema de más flexibilidad. Eso sólo va a ser posible -además de con la flexibilización de la demanda- con la implementación y despliegue de mucha más capacidad de almacenamiento. En este punto hay que tener en cuenta todas las tecnologías disponibles.

El almacenamiento electroquímico es una realidad tecnológica que puede complementar al bombeo en el corto y medio plazo. Pero es necesario invertir en el desarrollo de tecnologías de almacenamiento prometedoras aunque aún inmaduras, entre las que se encuentra el hidrógeno, que podrían ser integradas en el sistema eléctrico en el largo plazo.

 

Ha recordado que las redes eléctricas son un sector regulado. ¿Qué medidas regulatorias cree que es necesario acometer para permitir su plena adaptación?

En mi opinión, hay dos medidas regulatorias indispensables para permitir convertir las redes en sistemas inteligentes capaces de gestionar un mix energético eléctrico con altísima penetración de renovables en un escenario de electrificación masiva de la economía.

La primera ya ha sido propuesta por el Gobierno. Se trata del Fondo Nacional para la Sostenibilidad del Sistema Eléctrico. Es necesario descargar a la factura eléctrica de parte del peso dela descarbonización del sistema energético nacional.

El principio “quien contamina paga” debe presidir la transición energética.

La propuesta del FNSSE ya está sobre la mesa y va en la buena dirección, ahora es necesario ponerla en práctica adecuadamente y a tiempo.

La segunda medida es la que he comentado antes; sin aumentar el techo de la inversión en redes de distribución no es posible su adaptación a las nuevas solicitaciones a las que está siendo sometida incrementalmente. Invertir en red es el camino hacia la descarbonización a través de la electrificación de la economía.

 

Para finalizar, ¿cuáles son los principales retos a los que se enfrenta la industria española de bienes de equipo eléctrico?

Nuestro sector es competitivo y de altísima calidad y ha sido considerado esencial durante la pandemia, asumiendo la transición energética como la prioridad vital para el correcto desarrollo de una red eléctrica resiliente.

En este momento de incertidumbre global, se está produciendo una volatilidad pronunciada en los precios de las materias primas que impacta en la rentabilidad y competitividad de nuestro sector al provocar un aumento considerable de los costes, a los que se unen las medidas de seguridad impuestas por la pandemia en un sector de márgenes ajustados.

Las extraordinarias inversiones en logística y, en paralelo, algunas disrupciones en el suministro de algunos componentes, con especial énfasis en la escasez de suministros de microchips, suponen el principal reto para afrontar la deseada digitalización de la red eléctrica.


FUENTE: REVISTA MMi

El desarrollo de las ‘smart cities’ necesitará una regulación acorde

smart city

El sector energético pide menos burocracia para desarrollar las ciudades inteligentes

Una regulación acorde para el desarrollo de las smart cities. Esa fue una de las principales conclusiones de la jornada empresarial Tecnología y eficiencia energética, claves para la conversión a smart city, celebrada ayer por elEconomista, en colaboración con Iberdrola, Nexus Integra, Qualcomm y Telefónica.

En la mesa de debate Infraestructuras inteligentes y eficacia en las ciudades del futuro, el presidente de la Asamblea General de la Asociación de Fabricantes de Bienes de Equipos Eléctricos (Afbel), Guillermo Amann, explicó que «la infraestructura de electricidad es un monopolio natural y es impensable que tengamos dos centros de transformación en la misma manzana de casas. Como tal, es necesario que la regulación esté adaptada a la realidad y a las necesidades de lo que está demandando ahora el sistema eléctrico en toda la demanda de consumo de ese sistema eléctrico».

En la misma línea se pronunció el director corporativo de Operaciones de Avanza, Antonio García Pastor. Y es que Avanza y el Ayuntamiento de Málaga pusieron en marcha a comienzos de año un proyecto, denominado AutoMOST, que supuso la implementación de sistemas de control compartido para futuros vehículos automatizados que permitan la operación de servicios de manera más eficiente y flexible, en un contexto de infraestructuras inteligentes y conectadas. Para el directivo de Avanza, «uno de los puntos clave en el que tuvimos más dificultades fue en obtener permisos por parte de la DGT para que ese vehículo pudiera circular. Nos llevó meses y meses de envíos de documentos. Es cierto que son los primeros pasos de este tipo de vehículos, pero es un apunte de cómo las administraciones necesitan un engrase para que esta innovación llegue. Un despliegue más amplio va a necesitar una regulación mucho más ágil».

Para la consejera delegada de i-DE de Iberdrola, Eva Mancera, «en materia energética es necesario hacer pruebas piloto de herramientas de flexibilidad con la generación distribuida, el autoconsumo, el almacenamiento a pequeña y mediana escala. Creo que veremos baterías conectadas a las redes de distribución que podrán formar parte de comunidades energéticas locales con toda seguridad. Todo eso ahora mismo está previsto a través de sandboxes regulatorios y lo que pretendemos es que, de alguna manera, esa herramienta podamos utilizarla, que ya está prevista en la ley, pero necesita el desarrollo de reales decretos».

Fondos europeos

Otro de los temas que se trataron en la jornada fue el aprovechamiento de los fondos europeos. En opinión de Mancera, «hay que asegurarse que el destino de los fondos sea el adecuado y que vaya dirigido a proyectos transformadores. Además, que se aprovechen, de manera que la ratio coste/beneficio sea la mayor posible. Por otro lado, los fondos deberían estar mirando a la demanda. Uno de los ejes del plan es la aceleración de la transición energética y en esa línea se debería incentivar a los consumidores a dar ese salto a la movilidad eléctrica, hacia la generación de calor eléctrica. Luego habría que implantar medidas regulatorias que permitan que la inversión privada, como la necesaria en las redes eléctricas, vaya adelante».

Todo sobre el 6G: no esperes a 2035 para conocerlo

Por su parte, Alfonso Díaz del Río, director Mercados e Ingeniería Infraestructuras Desarrollo de Negocio y Operaciones de Ferrovial, explicó que «los fondos y la smart city deben hacerse muy específicos para cada una de las ciudades. Tanto los fondos como el concepto de smart city tienen que ser muy tangibles en lo local. No hay que hacer un plan genérico, sino que hay que llevarlo donde está la demanda, que realmente es donde está la necesidad».

En este sentido, Douglas Benítez, director general de Qualcomm España y Portugal, destacó en la mesa sobre Conectividad y tecnología en las smart cities que «ya no es momento de pruebas de concepto. Llevamos mucho tiempo hablando de smart cities y es el momento de ejecutar. Lo que hemos hecho ha sido sacar un programa, Smart City Accelerator Program, que tiene por objetivo alinear el sistema, porque el IoT es muy fragmentado. Buscamos organizar en siete verticales 30 soluciones llave en mano para comprar en un solo paquete la solución que integra fin-a-fin, dispositivos, plataforma y analytics para soluciones, por ejemplo, de edificios inteligentes, smart lighting o la gestión de basuras de una ciudad». Benítez señala que «la infraestructura está: tenemos fibra, tenemos 5G y ahora tenemos los fondos europeos, o sea, dinero para hacerlo. No podemos desperdiciar esta oportunidad».

Iván Rejón, head of Strategy, Marketing, Communications and Public Affairs de Ericsson, abunda en la misma línea. Nuestro país, apunta Rejón, tiene un buen punto de partida, con ciudades «referentes a nivel mundial, como Barcelona, Málaga, Santander». Y «España es líder en pilotos 5G en Europa, quizá hay que pasar del concepto piloto a despliegues más masivos».

Esta tecnología está llamada a desempeñar un papel cada vez mayor en el diseño de las ciudades inteligentes. El 5G posibilita «velocidades de descarga de 20 gigabits por segundo (Gbps), pero no hay que olvidar que las redes 5G consumen un factor 10 menos de energía por gigabyte transmitido. El 5G habilita tres grandes desarrollos, según Rejón: «Comunicaciones masivas de sensores; comunicaciones basadas en personas -banda ancha móvil-servicios que utilizan realidad virtual o realidad aumentada, como aplicaciones de servicios turísticos, y comunicaciones críticas», como el coche conectado.

Mejores servicios

Al final, el objetivo de todas estas tecnologías debería ser «eficientar los servicios urbanos, mejorar la calidad de vida de todos sus ciudadanos y generar nuevas relaciones y comunicaciones entre el Gobierno y las empresas locales», como apuntó Eva Pérez, responsable de soluciones Smart Spaces & Smart Energy en Telefónica Tech. En este sentido, la teleco trabaja en tres grandes áreas: la implantación de redes 5G, con las que hoy llega a «cerca del 80%» de la población; Internet de las Cosas, con el despliegue de tecnologías de muy bajo consumo como NB-IoT y LTE-M, que permitan «tener todos los sistemas de la ciudad conectados para que emitan y reciban información en tiempo real», y el big data, que convierte «todos los datos en inteligencia» y que a su vez mejora el bienestar de los ciudadanos.

Se trata, en efecto, de aportar valor, como corrobora Óscar Gómez, business development director en Nexus Integra. Esta compañía tecnológica ofrece «una plataforma operativa integral, con capacidad, de una forma muy sencilla y muy práctica, reglas de negocio configurables por el propio usuario, sin tener conocimientos de programación ni muy especializado, para que pueda definir cómo funciona la ciudad en su entorno». «Nos hemos dado cuenta de que, al no tener una autonomía, los gestores no tienen capacidad para optimizar los recursos. Podemos plantear modelos avanzados de analítica y machine learning, pero lo principal es aprovechar de forma eficiente lo que existe hoy». En definitiva, se trata, según Gómez, de «dotar de herramientas a los gestores, en este caso las Administraciones públicas, para tomar las mejores decisiones».

Un buen ejemplo de lo que se puede lograr con estas herramientas lo constituye el municipio catalán de Sant Boi de Llobregat, como explica Zeljko Kulic, responsable del Servicio Equipamientos Públicos del ayuntamiento de la localidad. «Tenemos 123 edificios: monitorizar el 20% de los edificios que más consumen da resultados a corto plazo. Nosotros ahora vamos por 55%-60% de monitorizados, 40% teleoperados». Aplicando la metodología BIM (Building Information Modeling) y las soluciones 3D de territorio de Esri, «nuestra experiencia es pasar de una domotización de edificios con cuatro dispositivos IoT a inmótica -la automatización integral de inmuebles con alta tecnología-, haciéndonos ilusión que em breve estaremos en urbótica -la integración de la tecnología en el diseño inteligente de una ciudad-«.

En el ámbito del transporte público -que representa cerca del 16% de las emisiones de CO2 a nivel mundial-, la experiencia de Ericsson con la aplicación de 5G es asimismo alentadora. Esta tecnología «posibilita desplegar sistemas inteligentes de tráfico; reducir la tasa de accidentes de tráfico un 40% en entorno urbano;reducir un 20% las emisiones de CO2, o posibilitar el autobús urbano conectado -y citaba el ejemplo de Talavera de la Reina-«, lo que redunda en más eficiencia en el uso de recursos públicos. «En Sabadell, estamos utilizando 5G para coordinar y optimizar los servicios de emergencia -ambulancias, policía, bomberos- en esos minutos críticos después de un accidente». Así pues, el 5G puede salvar vidas, según Rejón, quien terminaba citando la experiencia del Samur, que emplea 5G para conectar ambulancias y que «es realidad en Holanda o en Suiza».

«El 93% de la población tendrá en 2023 redes de más de 100 Mbps»

El subdirector general de Operadores de Telecomunicaciones e Infraestructuras Digitales se refirió ayer a la aprobación en Consejo de Ministros del plan España Puede. De los 70.000 millones de euros con el que está dotado, casi el 70% irá destinado a transición ecológica y transformación digital, «elementos principales para una ciudad inteligente». En este marco, la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones e Infraestructuras Digitales trabaja en dos líneas principales: la conectividad y la estrategia 5G. En este sentido, España cuenta hoy con «la red de fibra óptica más extensa de Europa» gracias a la «iniciativa» de las telecos y el «apoyo público».

Las inversiones y proyectos en marcha permitirán que «a finales de 2023 el 93% de los ciudadanos tenga acceso a redes de más de 100 megabits por segundo (Mbps)», ayudando a reducir la brecha digital. Al mismo tiempo, señaló que el 5G «será la base para una sensorización más extensa de los territorios y la aparición de nuevos servicios en el ámbito rural y urbano», para cerrar la brecha entre ambos.

Alonso citó también el plan de «renovación de las infraestructuras de telecomunicaciones en los edificios», que busca impulsar la digitalización y reducir el consumo energético de los cerca de 1,1 millones de edificios de más de tres viviendas que hay en España.

«Tenemos que ser capaces de crear y exportar tecnología en España»

El director general de Ametic, Franciso Hortigüela, fue el encargado de cerrar la jornada empresarial y puso de relieve los dos retos importantes que tienen por delante tanto Europa como España, como son «la transición ecológica y la transformación digital, que van unidas».

En su opinión, «en España tenemos la suerte de contar con grandes campeones y ser líderes en tecnología y conectividad», a lo que añadió que «también somos líderes en empresas energéticas». El directivo de la patronal tecnológica también hizo hincapié en que «hay empresas del sector energético que se están asociando a Ametic no porque busquen soluciones digitales dentro del sector, sino porque tienen equipos tan grandes trabajando en digitalización para utilizarlo tanto en la generación como en la distribución y en la gestión de sus clientes que ya son equipos que tienen casi el doble de peso de una empresa del sector».

Hortigüela recordó asimismo la importancia de la colaboración público-privada, al tiempo que señaló que con los fondos europeos «van a surgir nuevas empresas, nuevos negocios, nuevas oportunidades para las empresas ya existentes». Tal y como explicó, «sería bueno que en España seamos capaces no solo de ser buenos consumidores de tecnología, sino que seamos capaces de crearla y exportarla».

FUENTE: EL ECONOMISTA

«Las normas son nuestras aliadas»

Guillermo Amann_AFBEL
Entrevista a Guillermo Amann, Presidente Asamblea General de AFBEL, por UNE – La Revista de la Normalización Española

Para la asociación española que aglutina a la práctica totalidad de fabricantes nacionales de equipamientos, productos y soluciones para redes eléctricas de transporte y distribución, AFBEL, la normalización es un gran aliado porque impulsa la competitividad de sus empresas.

¿Qué aporta la normalización a su sector?

El sector eléctrico ha sido siempre ferviente defensor de la normalización. No en vano existe CENELEC, organización de normalización hermana de la genérica CEN, pero específica en los temas relacionados con el sistema eléctrico en toda su extensión.

No es una cuestión puramente de principios, es una cuestión de analizar lo que el sector entiende que es mejor para un funcionamiento excelente de toda su cadena de valor.

Desde la Asociación Española de Fabricantes de Bienes de Equipo Eléctricos de Alta y Media Tensión (AFBEL) siempre hemos considerado la normalización como un aliado porque nos facilita nuestro trabajo desde el desarrollo del producto hasta su puesta en el mercado. El desarrollo del producto se simplifica mediante el establecimiento de los valores, parámetros, características, funcionalidades y concreción del desempeño que la norma fija que el producto debe cumplir durante su vida útil. La homologación se clarifica a través de la definición normativa de los métodos de prueba y los criterios de evaluación.

¿Cómo apoyan las normas, europeas y nacionales, a la competitividad del sector?

Las normas definen el marco de relación entre proveedores y usuarios, entre fabricantes y clientes, facilitando a ambos su labor. A los primeros les define el qué y el cómo configurar el producto, y a los segundos, les facilita enormemente la comparación, estructurada y aséptica, del abanico de productos y soluciones que se les ofrece.

Además, los fabricantes valoramos su existencia como factor que beneficia la competitividad de nuestras empresas. Un análisis superficial de cualquier norma podría llevar a pensar que su exigencia es una carga adicional que incrementa el coste de los productos que define. Pero no es así.

Las normas contribuyen a reducir los costes de fabricación al permitir ciertos grados de uniformidad de la producción, además de permitir organizar más eficientemente la fabricación seriada a través del establecimiento de procesos de manufactura más precisos y uniformes.

Y las ventajas de las normas llegan incluso al trabajo comercial de puesta en el mercado. Una norma correctamente definida permite analizar la idoneidad y adaptación de tu producto a una determinada demanda y simplifica la organización de la información que se presenta al cliente en ofertas y concursos.

No hay que olvidar otro factor relevante que facilita la labor de puesta en el mercado del producto; las normas son, en su inmensa mayoría, europeas. Su amplio espectro de aplicación facilita el mercado único en la Unión Europea y el acceso a multitud de mercados internacionales.

Además de todas estas ventajas las normas facilitan la concreción del entorno regulatorio. Los reglamentos apoyándose en que la norma ya ha acotado, concretado y definido la caracterización técnica del producto en cuestión, pueden centrarse en los condicionamientos medioambientales, sociopolíticos y no tecnológicos de toda índole en los que pueden aportar más valor.

¿Qué áreas considera que necesitan mayor desarrollo normativo?

Las normas son entes vivos. Se deben adaptar a la imparable evolución de la tecnología, a las nuevas solicitudes de uso a las que los productos se pueden ver sometidos y a la demanda creciente de implicación y eficiencia medioambiental. Es necesario mantener siempre activa la evolución normativa; y ese trabajo, es un trabajo de todos.

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Jornada «El sector de fabricación de bienes de equipo eléctrico ante la transición energética: una oportunidad industrial»

El Club Español de la Energía (Enerclub), celebró el 31 de mayo esta jornada con la participación de Miguel Antoñanzas, presidente de Enerclub, Guillermo Amann, Presidente de AFBEL y Alberto Amores, Socio de Monitor DELOITTE

En el evento, se ha analizado cómo el sector de fabricación de bienes de equipo eléctrico, siendo un sector tecnológico de alto valor añadido, alta cualificación de personal y estabilidad laboral, una reputada y competitiva industria nacional, presencia internacional y gran capacidad de exportación, será clave en el proceso de transición energética, y debe aprovechar las oportunidades que ésta ofrece.

El presidente de Enerclub, Miguel Antoñanzas ha comentado cómo la transición energética, siendo una prioridad para todos los que trabajan en el mundo de la energía, es un proceso transversal que afecta a todos los sectores, y la electrificación una de sus piedras angulares. El sistema eléctrico del futuro requiere contar con redes robustas, modernas, y automatizadas, que integren las más avanzadas tecnologías digitales y donde los bienes de equipo juegan un papel fundamental. Para cumplir con estos requerimientos, se necesitará la materialización de importantes inversiones que solo podrán llevarse a cabo con una regulación estable y predecible.

Guillermo Amann, presidente de la Asociación Español de Fabricantes de Bienes de Equipo Eléctricos de Alta y Media Tensión (AFBEL) ha destacado cómo las redes de alta, media y baja tensión van a sufrir un cambio radical y serán dotadas de una mayor inteligencia (Smart Grids) gracias, en gran medida, a los bienes de equipo eléctricos. Este sector, de alto valor añadido, con la crisis económica, sufrió un importante impacto. A pesar de ello, indicó, ha conseguido sobrevivir gracias a la internacionalización, ya que actualmente el 50% de equipos se exportan. A día de hoy, el sector está preparado para asumir el reto de la digitalización de las redes.

El estudio “El Sector Fabricación de bienes de Equipo Eléctrico ante la Transición Energética: Una Oportunidad Industrial”, ha sido presentado por Alberto Amores, Socio de Monitor Deloitte. En el documento se analiza la oportunidad que surge para el sector para generar más actividad y ser más competitivo y aportar mayor valor; y cómo es clave movilizar a los agentes involucrados para favorecer la transición de las redes y maximizar su impacto positivo.

El sector de fabricación y material de bienes de equipo facturó 3.000 Millones de Euros en 2018, y destaca sobre la media de la industria manufacturera en raƟos de producƟvidad, valor añadido y retribución del personal. Además, presenta una inversión en I+D cerca de 2 veces respecto a la media de la industria manufacturera.

Se prevé que a nivel mundial, el mercado de equipos eléctricos crecerá, motivado por la electrificación, la descarbonizacion y la modernización/digitalización que requieren las redes. Se estima una inversión de ~7 Billones € en redes y ~7 Billones € en renovables a nivel global hasta 2040. En España, de acuerdo con el informe, la transición energéƟca implicará unas inversiones en redes de entre 46-55 mil M€ hasta 2030 entre operadores de red y desarrolladores de renovables, y donde se comercializarán 25-32 mil M€ de equipos derivados de estas inversiones al mismo año. Además, permiƟrá desarrollar el potencial exportador de nuestro país, pudiendo llegar a duplicarse para este sector en los próximos 10 años.

Para poder aprovechar las oportunidades que surgen, se deben movilizar a los agentes económicos para maximizar el impacto de la transición en la industria de equipos eléctricos y en el resto de la economía. También será fundamental contar con políticas industriales y modelos retributivos planificados y adecuados para las redes eléctricas, así desarrollar iniciativas intersectoriales, y fomentar la cooperación industrial.

La sesión ha finalizado con la celebración de una Mesa Redonda, moderada por Diego Rodríguez, Catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Complutense de Madrid, y donde han participado ponentes representando a E.Redes, I-DE, Ormazabal, Red Eléctrica de España, Viesgo y Schneider Electric. Se han presentado proyectos relacionados con la aplicación de los bienes de equipo para la digitalización y supervisión de las redes de baja tensión, para gestión inteligente de activos de la red de transporte, integración de renovables, el proyecto BIDELEK y el proyecto del AVE a la MECA.

Entrevista a Guillermo Amann

Guillermo Amann
Entrevista a Guillermo Amann, Presidente Asamblea General de AFBEL, por ADEMI (Asociación de Empresas de Ingeniería, Montajes, Mantenimientos y Servicios Industriales)

Nuestro sector genera alrededor de un 0,5% del PIB español y da empleo (entre directo e indirecto) de alta cualificación a más de 30.000 trabajadores

¿Qué cifras definen a la Asociación Española de Fabricantes de Bienes de Equipo Eléctricos de Alta y Media Tensión, a cierre de 2018?

Somos un sector de tamaño moderado, pero de gran capacitación y competitividad tecnológica. La facturación consolidada en 2018 ronda los 5.000 millones de euros, de los que una tercera parte se han conseguido en el exterior.  Desde 2015 crecemos a ritmo sostenido, tanto en el mercado doméstico como en exportación. Podemos decir que 2018 ha sido un año razonablemente bueno. Pero hay un dato que merece la pena resaltar; generamos alrededor de un 0,5% del PIB español y damos empleo (entre directo e indirecto) de alta cualificación a más de 30.000 trabajadores. En los peores años de la crisis, entre 2011 y 2014, mantuvimos el empleo muy por encima de las bajadas de facturación. El sector resistió la crisis sin deshacerse significativamente de su principal activo: sus profesionales.

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Las redes eléctricas claves para la electrificación de la economía

redes eléctricas

Por Guillermo Amann, Presidente de Asamblea General de AFBEL

Fiel a los compromisos adquiridos en la COP de Paris, la Unión Europea está impulsando el desarrollo hacia una economía baja en carbono y más eficiente en el uso de los recursos, mediante distintas políticas energéticas que se han concretado en unos objetivos de obligado cumplimiento, siendo éstos para el horizonte 2030-2050 muy ambiciosos. La transición hacia la descarbonización de nuestra economía es, hoy, una realidad y la adopción de estos objetivos demuestra que la Unión Europea quiere liderar este proceso de cambio. Es una realidad que todos los agentes involucrados en el sector energético están trabajando en soluciones cada vez menos emisoras de CO2, pero es también evidente que el vector eléctrico es el que está consiguiendo logros más evidentes con unos grados de penetración de generación de origen renovable impensable hace unos pocos años. La economía se va a electrificar progresivamente en sectores como el transporte por carretera, climatización e incluso en algunos procesos industriales intensivos en energía.

Esta transición no solo está afectando a las diferentes tecnologías de producción de electricidad sino también a su demanda y consumo. Los consumidores tienen cada vez una mayor concienciación sobre sus consumos energéticos y el suministro de energía más limpia, por lo que están adoptando un papel cada vez más comprometido y activo en el uso de los recursos energéticos a través de la eficiencia. Esto hace que la sociedad sea consiente y partícipe de aspectos como el avance de las energías renovables, el desarrollo de la generación distribuida, la necesidad del impulso al desarrollo del vehículo eléctrico o las novedades tecnológicas orientadas al consumo inteligente, la digitalización o el almacenamiento de energía.

Nos encontramos en un proceso de cambio. Un proceso de cambio en el que nuestro sistema eléctrico se enfrenta a una serie de retos en los que las redes eléctricas tienen que jugar un papel clave. Las redes eléctricas son, y seguirán siendo, el espacio común en donde tienen que operar todos los agentes, la palanca clave en la transición energética, ya que de su modernización y digitalización depende el desarrollo de los factores fundamentales para la descarbonización de la economía como son el desarrollo de la generación distribuida, el incremento de las energías renovables o la mayor penetración del vehículo eléctrico.

La digitalización y la automatización de las redes es uno de los pilares estratégicos que se tiene que tener como prioridad en esta transición hacia el nuevo modelo energético. Esta modernización de las redes eléctricas no solo implica la introducción de nueva tecnología orientada a la mejora de la operación del sistema, sino también, orientada a cumplir con las nuevas necesidades que tienen los prosumidores, aumentando su bienestar y eficiencia económica.

Se prevé que el prosumidor interactúe con la red, favoreciendo una gestión más eficiente del sistema eléctrico. Además, en momentos en los que la demanda de electricidad del sistema sea máxima, picos de demanda, las propias instalaciones de generación o las baterías eléctricas domesticas podrían volcar la electricidad de vuelta a la red, aplanando de esta forma la curva de demanda, lo que a su vez reduciría la necesidad de aumentar la capacidad de la red eléctrica. Estos avances permitirán al prosumidor tomar decisiones a tiempo real sobre cuándo, cómo y dónde consumir su energía, a la vez que mejorará de una manera notable la calidad del servicio y del suministro.

Por todo esto, las redes eléctricas son un elemento fundamental en la transición energética, integrando nuevos puntos de conexión tanto renovables como de recarga, siendo capaces de gestionar flujos de electricidad bidireccionales y adaptándose a las nuevas necesidades de todos los agentes. Sin embargo, esta modernización de las redes requerirá de la realización de nuevas inversiones a futuro que deberán de ir destinadas a fomentar la electrificación de la economía, aumentar las interconexiones internacionales, actualizar la red de media y baja tensión, desarrollar su digitalización y favorecer su automatización y modernización. No hay que olvidar que estas inversiones al tratar, en gran medida, de responder a retos tecnológicos, los nuevos puestos de trabajo que con ello se crea, son de cada vez más alta cualificación en el sector de bienes de equipo eléctrico y sus nuevas tecnologías asociadas. Además, potenciarán el desarrollo económico de todo el país, creando nuevas industrias y nuevos modelos de negocio.

El sector representado por AFBEL es puntero tecnológicamente y netamente exportador (aproximadamente un 50% de la facturación del sector), que genera un 0,5% del PIB nacional y un empleo directo e indirecto en España de más de 30.000 personas de alta cualificación.

En conclusión, las redes eléctricas tienen un papel estratégico como facilitadoras de la transición hacia un nuevo modelo energético y la descarbonización de la economía, al permitir la integración del resto de tecnologías de forma eficiente y efectiva. Por ello, en los próximos años las redes deberán experimentar un conjunto de actualizaciones y refuerzos, haciéndose cada vez más automatizadas y digitales, incorporando nuevas tecnologías, nuevos usuarios y nuevos servicios.

Por unas reglas estables para las redes eléctricas

redes eléctricas_AFBEL

Por Guillermo Amann, Presidente de Asamblea General de AFBEL, para Cinco Días

Se necesita un mercado doméstico sólido y sostenible para apalancar la activida

El estudio Hacia la descarbonización de la economía: la contribución de las redes eléctricas a la transición energética, elaborado por Monitor Deloitte, de impecable realización como no podía ser de otro modo considerando a sus autores, llega a las siguientes conclusiones sobre el mercado de redes eléctricas y su marco regulatorio.

En primer lugar, la transición energética va a conllevar un aumento de la demanda eléctrica y de la generación renovable; así como una mayor gestión activa de la demanda. En segundo, los operadores de red van a tener un papel crítico y necesitan modernizar las redes invirtiendo, hasta 2030, unos 30.000 millones en activos que forman parte de la base regulatoria. Eso supone un nivel de inversión similar a la media histórica y no supera los límites establecidos por la propia Regulación.

En tercer lugar, la tasa de retribución financiera debe estar en línea con nuestros países vecinos. Se estima así que la rentabilidad adecuada se sitúa en torno al 7%. Por último, a modernización de las redes contribuye a la disminución de los peajes, la posibilidad de ofertar nuevos servicios, el cumplimiento de los objetivos medioambientales y la creación de empleo. Eso supone beneficios relevantes tanto para los consumidores como para la sociedad en general

Es necesario analizar y considerar estas conclusiones que llegan en el momento preciso en el que se están sentando las bases para la definición de aspectos tan importantes como la retribución financiera de las inversiones en el siguiente periodo regulatorio que comenzará en 2020.

España necesita un marco regulatorio estable, consensuado por todas las partes. Sería altamente beneficioso para la sostenibilidad del sistema eléctrico que hubiese voluntad política, por parte de los partidos con voluntad de gobierno, para elaborar un pacto de Estado sobre energía que diese cobertura al nuevo marco regulatorio.

En el escenario político actual, resulta difícil imaginar que tal pacto se convierta en una realidad en el corto plazo, pero al menos, sí que cabe demandar a los partidos que la regulación del sistema eléctrico no se convierta, en ningún caso, en un instrumento político.

Sin entrar a valorar los medios puestos en escena, es un hecho que los peores momentos del déficit tarifario ya han sido superados y la deuda contraída se está amortizando. Eso lleva a pensar en que es el momento de incentivar la inversión, a través de la regulación, para el beneficio común de la necesaria modernización de las redes eléctricas ante los retos a los que van a estar sometidas con la implementación del paquete legislativo europeo Energía Limpia para todos los Europeos.

No hay que olvidar que la retribución de las inversiones en la red de distribución en nuestro país ha bajado en los últimos 20 años y es la menor de Europa. No podemos aspirar al despliegue de la infraestructura de carga del vehículo eléctrico, al fomento del autoconsumo a través de fuentes renovables distribuidas, a gestionar activamente la demanda ofreciendo servicios energéticos de valor añadido, a la muy necesaria electrificación de los puertos, a la adecuada digitalización de la red ni al incremento de la eficiencia energética del consumo y de la propia red, si no retribuimos adecuadamente la inversión en activos de distribución.

Resulta necesario consensuar el marco regulatorio del siguiente periodo, escuchando a todas las partes y mirando el modelo de los países de la Unión Europea. La estabilidad regulatoria es fundamental y debería estar basada en la evolución progresiva al servicio de los cambios de paradigma que se prevén significativos con la llegada del ambicioso paquete legislativo europeo. Este nos encamina hacia la decarbonización de la economía, que comienza con la decarbonización del sistema eléctrico y la electrificación de cada vez más sectores que demandan energía.

El sector de fabricantes de bienes de equipo eléctrico para las redes de transporte y distribución representados por Afbel necesita estabilidad y fomento de la inversión en nuestro mercado doméstico.

Vapuleados por la crisis (como otros muchos sectores) no tuvimos más remedio que concentrar nuestros esfuerzos en la exportación e internacionalización. No todos los fabricantes lo consiguieron: algunos por desgracia, han tenido que cerrar. Pero la mayoría ha superado el reto.

Hemos logrado sobrevivir como sector, a pesar de la brutal caída del mercado doméstico, porque somos competitivos, tecnológica y económicamente, frente a nuestros competidores europeos y mundiales.

Suponemos un 0,5% del PIB nacional y damos empleo de alta cualificación (directo e indirecto) a más de 30.000 personas. Empleo que hemos mantenido en porcentaje muy por encima de las caídas en facturación. Y hemos hecho ese esfuerzo precisamente por el hecho de tratarse de empleo altamente cualificado que resulta difícil de formar o recuperar.

Pero necesitamos un mercado doméstico sólido, de alto componente tecnológico y sostenible para poder apalancar con firmeza nuestra actividad exportadora a la que en ningún caso vamos a renunciar.

Y eso está en manos del Gobierno y la CNMC, que son responsables de diseñar e implementar un nuevo marco regulatorio que debería ser moderno y ambicioso para adecuarse a los nuevos retos.

Guillermo Amann es el presidente de la Asamblea General de la Asociación de Fabricantes de Bienes de Equipo Eléctricos.

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