AFBEL lleva a la radio los retos y oportunidades actuales del sector de bienes de equipo eléctrico

AFBEL @ Conecta Ingeniería - Capital Radio
  • El miércoles 17 de enero el programa CONECTA ENERGÍA de CAPITAL RADIO entrevistó a Guillermo Amann, Presidente de Asamblea General, para que explicara en profundidad los últimos avances tecnológicos que se han producido en el sector eléctrico para ofrecer un amplio abanico de servicios a los consumidores más eficiente.

En esta entrevista Guillermo Amán quiso destacar en primer lugar la necesidad de reforzar la red y dotar de inteligencia la red, es decir, utilizar de manera más eficiente la red que tenemos. Un sistema 100% renovable solo es posible con una red absolutamente automatizada e inteligente y con una capacidad de almacenamiento superior al actual.

Para ello es necesario, un “sistema regulatorio estable y ambicioso” para disponer de infraestructuras eléctricas sólidas, modernas, avanzadas y altamente digitalizadas con las que afrontar situaciones extremas, tanto climáticas como otras posibles situaciones (sanitarias recientemente) que se puedan dar en el futuro.  Garantizar la estabilidad regulatoria como pilar esencial para la seguridad jurídica de los inversores es absolutamente necesaria para disipar la amenaza que están sufriendo este tipo de inversiones.

Igualmente, Amann resaltó que las necesidades de inversión en red son cada vez mayores y seguirán aumentando toda vez que se integren completamente todas las renovables y descarbonicemos totalmente el sistema eléctrico.

Dar visibilidad al papel fundamental del sector e de bienes de equipo eléctricos en la economía española integrado por una mayoría de pymes con plantillas que destacan por su elevada cualificación es la misión de AFBEL que se muestra optimista al esperar que en 2024 se avance progresivamente en la descarbonización.

AFBEL valora los RDL 29/2021 y RD 1125/2021 reclamando el aumento de la inversión en redes eléctricas de transporte y distribución

aumento inversión redes eléctricas

Para la patronal de bienes del sector eléctrico es necesario actualizar el techo de la inversión en redes para adaptarse al crecimiento del uso de la electricidad, a los nuevos tipos y modos de consumo y a la extraordinaria subida de las materias primas

Ante la publicación de los RDL 29/2021 y RD 1125/2021 aprobados en el Consejo de Ministros el pasado 21 de diciembre, AFBEL considera que van en la dirección correcta en consonancia con los objetivos de la transición ecológica que lleva emparejada la electrificación de la economía, pero estima que estas medidas no son suficientes ante un escenario como el actual con extraordinarias subidas de las materias primas.

El Sector de Fabricantes de Bienes de Equipo Eléctrico aplaude ambas propuestas de piezas legislativas.  “El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima es el marco legal general que debe guiar en los próximos años la transición energética hacia la neutralidad climática; las políticas concretas que fomenten la electrificación de la economía supondrán las claves del éxito o el fracaso”, explica Guillermo Amann, Presidente de la Asamblea General de AFBEL.

No obstante, AFBEL reclama la eliminación del techo máximo de inversión regulada para la red de transporte y distribución ya que ha quedado obsoleto ante las extraordinarias subidas de las materias primas. Según asegura Amann, “el techo de estas inversiones debe actualizarse a las necesidades actuales. En este sentido, la regulación no solamente tiene que ser ambiciosa en cuanto a sus objetivos, sino que debe adaptarse a las circunstancias coyunturales”.

El RD 1125/2021 fomenta la digitalización de las redes eléctricas de distribución, aprobando un paquete de financiación de 525 millones de euros dentro del marco del Plan de Restructuración, Recuperación y Resiliencia, que va a poner en juego una inversión de alrededor de 1.000 millones de euros en los próximos dos años, permitiendo la sensorización y digitalización de las redes tan necesarias para el empoderamiento del consumidor y la transición energética.

En cuanto al RDL 29/2021 para el fomento de la movilidad eléctrica, el autoconsumo y el despliegue de energías renovables, AFBEL incide especialmente en la necesidad de eliminar barreras normativas que dificultan el despliegue de la infraestructura de carga del vehículo eléctrico, fomentar la infraestructura de recarga pública de alta potencia y establecer objetivos cuantificados de vehículos matriculados para 2030. Así mismo, valora positivamente el establecimiento de obligaciones de instalación de puntos de carga eléctrica de alta capacidad para las instalaciones existentes de combustibles y carburantes.

Por lo que se refiere al autoconsumo, este RDL no solo aprueba su hoja de ruta, sino que prevé medidas complementarias para el impulso del autoconsumo colectivo en comunidades de vecinos y comunidades energéticas aplicando nuevos criterios que facilitan su despliegue

introduciendo mejoras en las condiciones económicas de los proyectos; y en lo que se refiere al fomento de proyectos de energías renovables, amplía algunos plazos para la gestión de los mismos que suavizan la actual situación de estrangulamiento.

Para AFBEL, sin electrificación no hay transición energética, y sin inversión en refuerzo y digitalización de la red, no es posible una electrificación renovable, descarbonizada, digitalizada y social.

AFBEL lleva a la radio los retos y oportunidades actuales del sector de bienes de equipo eléctrico

Entrevista AFBEL_Conecta Ingeniería - Capital Radio
  • El 9 de junio de 2021, el programa CONECTA ENERGÍA de CAPITAL RADIO entrevistó a Guillermo Amann, Presidente de Asamblea General, y Mar Duque, Directora General, quienes subrayaron los retos y oportunidades que afronta nuestro sector de bienes de equipo eléctricos y cómo se ha convertido en un claro estudio de caso en riesgo por las circunstancias coyunturales que estamos viviendo.

Entre otros, se destacó el papel fundamental que el PNIEC va a suponer para  el 2050, con ambiciosos objetivos medioambientales en la futura penetración de las renovables y que impone facilitar las inversiones en las redes eléctricas para que puedan evolucionar correctamente. La actual problemática con la volatilidad de los precios en las materias primas en un sector que se caracteriza por fabricar con uso intensivo en materias primas presenta un riesgo ya que este sobrecosto se debe trasladar al mercado. Esta situación de peligro para nuestra labor comercial como empresas solo podrá solucionarse con la publicación de unos índices actuales y sin decalaje en el tiempo y que a su vez comuniquen la situación real vivida por nuestras empresas, reto que AFBEL toma como inmediato.

Por último, y no menos importante, desde AFBEL se han trasladado los beneficios que supone la electrificación a la sociedad para conseguir la deseada descarbonización y como una subida del techo de gasto en las inversiones en las redes eléctricas es la forma de poder impulsar su correcta evolución. Esta evolución deberá ser medible y rectificada gracias a la publicación de unos índices que medirán el grado de electrificación en las infraestructuras eléctricas.

Entrevista Guillermo Amann, Presidente de la Asamblea General de AFBEL

Guillermo Amann
Descarga aquí la entrevista de la Revista MMi en PDF

Desde que se inició la crisis sanitaria por la COVID-19, el sector de bienes de equipo ha demostrado ser esencial para el suministro eléctrico, facilitando que todas las infraestructuras críticas continuasen prestando servicios de forma ininterrumpida. ¿Se ha traducido esto en mejores perspectivas para el sector?

En los peores momentos del confinamiento, al inicio de la pandemia, nuestro sector fue muy consciente de la criticidad del correcto funcionamiento de la red eléctrica y del papel fundamental que nosotros teníamos que jugar para mantener el suministro de todo tipo de equipamientos. Nos preparamos en nuestras fábricas y con toda la cadena de valor para poder atender a todas las necesidades tanto en España como en mercados exteriores. Además, negociamos con el Ministerio de Economía para ser declarado sector esencial y, por tanto, no estar sujetos a limitaciones o cierres de actividad.

Podemos estar orgullosos de que España fue uno de los pocos países europeos en los que el sector de bienes de equipo eléctrico ha seguido funcionando durante toda la pandemia sin apenas disrupciones. Este hecho nos ha hecho más fuertes y ha apalancado nuestra reputación internacionalmente.

Podemos afirmar así que las perspectivas a medio plazo del sector han salido netamente reforzadas.

 

Además, la necesidad de que las redes sean más inteligentes hace que las empresas productoras de bienes de equipo tengan que adaptarse a las nuevas necesidades tecnológicas del mercado. Ello hace que se dinamice el sector.

Así es. La digitalización de las redes de distribución, incluidas las de baja tensión, supone un reto tecnológico para el que los fabricantes españoles estamos sobradamente preparados.

No es posible manejar un sistema eléctrico de futuro basado en fuentes de generación renovable, en muchos casos conectadas a la red de media e incluso baja tensión, con infraestructura de recarga masiva para vehículos eléctricos, con sistemas de gestión de la demanda y almacenamiento distribuido, sin una sólida inteligencia digital debidamente automatizada y comunicada en tiempo real.

Esto no supone ninguna amenaza para los fabricantes españoles. Hace muchos años que hemos adaptado nuestras estructuras de I+D al reto de la “smartización”, digitalización y comunicabilidad. Nuestro portfolio de soluciones para la automatización y digitalización compite a nivel global y, diría aún más, por nuestra propia idiosincrasia de empresas flexibles, estamos situados en una posición óptima para poder atender en detalle y a medida las necesidades de cada cliente individualmente.

 

El Plan Nacional Integrado  de Energía y Clima (PNIEC) prevé una penetración de las renovables del 70% para 2030 y del 100% para 2050. ¿Cree que estamos en la senda de conseguir este ambicioso plan?

No tenemos más remedio que asumirlo y acometer el reto que nos plantea el PNIEC.

Es ambicioso, sí, pero es realizable.

Recuerdo que cuando a principios de este siglo comenzó el despliegue masivo de generadores eólicos, la discusión técnica versaba alrededor de qué porcentaje de generación eólica era capaz de absorber y gestionar el sistema eléctrico.

Oí decir en voz alta que era técnicamente inviable la gestión del sistema con más de un 10% de generación eólica. Me refiero a potencia instantánea y no a energía. Acometer objetivos más ambiciosos se consideraba simplemente una quimera.

¿Y cuál es la realidad hoy? Todos la conocemos; el 32% de toda la energía consumida en España en el año 2020 viene de fuentes renovables (40% contando la hidráulica) con picos de cobertura diarios de más del 50% (más del 65% con la hidráulica).

Esta evolución tecnológica ha sido posible, en gran parte, por el esfuerzo realizado durante años por Red Eléctrica de España en la digitalización y automatización de su infraestructura.

Si realizamos ese mismo esfuerzo en la red de distribución e integramos los necesarios sistemas de almacenamiento, el reto PNIEC va a ser posible. Pero sin inteligencia de red, digitalización y automatización nunca sería posible manejar los flujos de energía en un escenario de alta penetración de fuentes renovables, muchas de ellas embebidas en la red de distribución.

 

Esto llevará aparejado la necesidad de modernizar las redes eléctricas. ¿Están preparadas la red de transporte y las redes de media y baja tensión?

La modernización de las redes es condición sine qua non; sin adaptar las redes no puede haber transición energética.

Como he dicho, la red de transporte ha hecho un esfuerzo titánico de adaptación para la gestión de fuentes de generación intermitente y su realidad a día de hoy es que está plenamente digitalizada. Naturalmente, hay que mantenerla, renovarla y ampliarla en la medida que vayamos ahondando en la electrificación de la economía, pero a día de hoy ya es una de las mejores del mundo.

El reto fundamental está en la red de distribución. Subestaciones y centros de transformación deben ser digitalizados y automatizados. La estabilidad de la tensión en zonas de alta penetración degeneración distribuida sólo se podrá conseguir con la instalación de transformadores inteligentes. Y, para gestionar la demanda y las necesidades de los productores-consumidores y para ofrecer servicios de agregación, flexibilidad y gestión de la demanda, se necesita digitalizar (y en cierta medida automatizar) la red de baja tensión.

Todas esas inversiones en red de distribución son inversiones reguladas y sólo se podrán acometer si se aumenta de forma significativa el techo del gasto, actualmente situado en el 0,14% del PIB. Ese nivel de inversión cubre las necesidades de renovación, extensión y refuerzo de la red; pero no es suficiente para dotar al sistema eléctrico de la inteligencia necesaria para gestionar un sistema eléctrico como el que he definido antes.

Es imprescindible considerar por ley que el sistema de distribución precisa de un mayor volumen de inversión para poder acometer la transición ecológica.

 

La otra cara de la moneda de las renovables es que generan electricidad de forma intermitente, no 24/7. ¿Qué pasa cuando se va la luz del sol o cuando el viento deja de soplar? ¿Cómo se garantiza la seguridad del suministro?

El sistema funciona en la actualidad con altas tasas de penetración de renovables. Funciona gracias a la flexibilidad que le confieren el almacenamiento por bombeo, la generación hidráulica y los ciclos combinados; todos ellos de rápida respuesta y fácil regulación.

Pero, para llegar a los ambiciosos objetivos de penetración de renovables que plantea el PNIEC y seguir la senda de la descarbonización, es imprescindible dotar al sistema de más flexibilidad. Eso sólo va a ser posible -además de con la flexibilización de la demanda- con la implementación y despliegue de mucha más capacidad de almacenamiento. En este punto hay que tener en cuenta todas las tecnologías disponibles.

El almacenamiento electroquímico es una realidad tecnológica que puede complementar al bombeo en el corto y medio plazo. Pero es necesario invertir en el desarrollo de tecnologías de almacenamiento prometedoras aunque aún inmaduras, entre las que se encuentra el hidrógeno, que podrían ser integradas en el sistema eléctrico en el largo plazo.

 

Ha recordado que las redes eléctricas son un sector regulado. ¿Qué medidas regulatorias cree que es necesario acometer para permitir su plena adaptación?

En mi opinión, hay dos medidas regulatorias indispensables para permitir convertir las redes en sistemas inteligentes capaces de gestionar un mix energético eléctrico con altísima penetración de renovables en un escenario de electrificación masiva de la economía.

La primera ya ha sido propuesta por el Gobierno. Se trata del Fondo Nacional para la Sostenibilidad del Sistema Eléctrico. Es necesario descargar a la factura eléctrica de parte del peso dela descarbonización del sistema energético nacional.

El principio “quien contamina paga” debe presidir la transición energética.

La propuesta del FNSSE ya está sobre la mesa y va en la buena dirección, ahora es necesario ponerla en práctica adecuadamente y a tiempo.

La segunda medida es la que he comentado antes; sin aumentar el techo de la inversión en redes de distribución no es posible su adaptación a las nuevas solicitaciones a las que está siendo sometida incrementalmente. Invertir en red es el camino hacia la descarbonización a través de la electrificación de la economía.

 

Para finalizar, ¿cuáles son los principales retos a los que se enfrenta la industria española de bienes de equipo eléctrico?

Nuestro sector es competitivo y de altísima calidad y ha sido considerado esencial durante la pandemia, asumiendo la transición energética como la prioridad vital para el correcto desarrollo de una red eléctrica resiliente.

En este momento de incertidumbre global, se está produciendo una volatilidad pronunciada en los precios de las materias primas que impacta en la rentabilidad y competitividad de nuestro sector al provocar un aumento considerable de los costes, a los que se unen las medidas de seguridad impuestas por la pandemia en un sector de márgenes ajustados.

Las extraordinarias inversiones en logística y, en paralelo, algunas disrupciones en el suministro de algunos componentes, con especial énfasis en la escasez de suministros de microchips, suponen el principal reto para afrontar la deseada digitalización de la red eléctrica.


FUENTE: REVISTA MMi

La industria de equipos para Transporte y Distribución de Electricidad reclama el cumplimiento de las directivas del Paquete de Invierno

Green Deal

AFBEL y su homóloga europea T&D acogen con satisfacción la iniciativa de la Comisión Europea para el desarrollo y aplicación de un Pacto Verde Europeo

AFBEL, la asociación española de fabricantes de bienes de equipo eléctrico, y su homóloga europea T&D Europe, acogen con satisfacción la iniciativa de la Comisión Europea para el desarrollo y la aplicación de un Pacto Verde Europeo y están dispuestas a colaborar con el Gobierno y las Instituciones Europeas en la concreción de dicho Pacto.

Las redes eléctricas son la columna vertebral del sistema de energía europeo como recurso esencial y como infraestructura crítica. La transición energética hacia un suministro de energía libre de emisiones de carbono requiere de soluciones nuevas e inteligentes para gestionar la generación renovable, un coste barato de la energía y garantizando la seguridad del suministro.

Según Guillermo Amann, Presidente de AFBEL y Vice-presidente de T&D “Se debe preparar la red europea de transporte y distribución eléctrica para el futuro garantizando la calidad del servicio y el suministro en todas las circunstancias. El pacto Verde Europeo puede ayudar a lograr este reto al centrarse en tres pilares: cumplir los ambiciosos objetivos climáticos y energéticos, promover el liderazgo tecnológico europeo e impulsar las inversiones en las redes eléctricas europeas”.

Por otra parte, se ha dado un gran paso con la aprobación del Paquete de Invierno cuyas directivas respaldan una mejor integración de la energía renovable distribuida. Para ello, se necesita una mejor infraestructura de red con soluciones que permitan que la respuesta a la demanda se ajuste a las condiciones de la generación renovable. Además, se debe establecer un instrumento de mercado satisfactorio que recompense la flexibilidad del sistema eléctrico y que garantice un ajuste adecuado entre la inversión y la optimización energética.

“El sector de la tecnología de red debe ser estratégico ya que contribuirá a fortalecer el liderazgo tecnológico y la competitividad de Europa”, continua Amann. “Para realizar esta transformación será esencial desarrollar ambiciosos estándares de economía circular y de eficiencia energética”. El Pacto Verde europeo puede ayudar a abordar este reto apoyando un despliegue industrial a gran escala que fortalecerá la innovación y el empleo en Europa a través de nuevas capacidades productivas para trabajadores altamente cualificados en el marco de una nueva estrategia energética.

 

Los 10 puntos clave para la modernización de las redes eléctricas de Europa según AFBEL

El pacto Verde Europeo debe de impulsar una iniciativa emblemática para Infraestructuras de Energía, que incluya planes concretos para desbloquear las inversiones necesarias y desplegar la digitalización y la innovación en la red si Europa desea convertirse en el primer continente de carbono neutro del mundo.

A continuación, enumeramos los 10 puntos clave:

  1. Rápida y correcta implantación y aplicación del Paquete de Energía Limpia en los Estados Miembro.
  2. Considerar el marco de inversión para operadores de red eliminando el actual sesgo regulador de CAPEX y la transición a un enfoque TOTEX, para incentivar la adopción de tecnologías y soluciones ecológicas para contribuir a una operación rentable de la red.
  3. Proporcionar a los operadores la certidumbre regulatoria de que las inversiones se pueden recuperar a través de la tarifa de la red y que la remuneración se mantendrá en un nivel predecible basado en el mercado.
  4. Modernizar el régimen de impuestos a la energía para acelerar el cambio hacia la descarbonización del consumo de electricidad y la mayor absorción de electricidad limpia en los sectores de uso final.
  5. Analizar y aplicar la mejor manera de transformar proyectos de demostración en despliegues a gran escala, permitiendo así a Europa convertir la innovación en empleo y liderazgo.
  6. Reforzar la aplicación de la vigilancia del mercado para garantizar que toda la tecnología de red en el mercado de la UE cumpla los criterios obligatorios de economía circular y eficiencia energética.
  7. Promover un entorno educativo que fomente la formación de mano de obra altamente cualificada en el campo de la ingeniería eléctrica y los sectores relacionados con las tecnologías verdes.
  8. Priorizar la inversión en infraestructura para modernizar y preparar las redes eléctricas de Europa en el futuro, entre otras cosas, a través de la inclusión en el Plan Nacional de Energía y Clima de planes claros de inversión y desarrollo para la red eléctrica.
  9. Hacer un seguimiento de las inversiones en redes de transporte y distribución como parte del estado anual de la Unión de Energía.
  10. Adoptar las reglas de la UE o internacionales de propiedad, protección, responsabilidad y transferencia de todos los tipos de datos (no solo contadores inteligentes) en mercados de energía y operación de la red.

Sin incentivar adecuadamente la inversión en redes eléctricas de distribución no se alcanzarán los objetivos del PNIEC

redes eléctricas_AFBEL

La Unión Europea ha marcado objetivos ambiciosos hacia la descarbonización de la economía, que en España se plasman en el PNIEC. Tales objetivos solo se conseguirán mediante la electrificación de la economía, ya que es la electricidad el vector energético que ha demostrado más alta capacidad de integración de fuentes renovables

AFBEL va a presentar a la CNMC, antes del 9 de agosto, sus alegaciones a las propuestas que ésta presentó el pasado viernes.

La Comisión Nacional de Mercados y Competencia ha presentado, en forma de circular, sus propuestas en relación A la metodología de cálculo de las tasas de retribución de las inversiones en redes para el periodo regulatorio 2020-2025.

La integración masiva de fuentes renovables, el autoconsumo y generación distribuida, la electrificación de transporte en general y el despliegue de infraestructura de carga del vehículo eléctrico, elevan sustancialmente el nivel de exigencia sobre la red de distribución y conllevan, ineludiblemente, el refuerzo y la digitalización de la misma. El propio PNIEC valora en más de cuarenta mil millones de euros la necesidad de inversión en red hasta 2030.

Solo mediante la adecuada y justa incentivación de la inversión, a través de una tasa de retribución adecuada, se podrán sentar las bases de una red de distribución adaptada a los retos de la descarbonización.

Por el contrario, la propuesta de la CNMC no solo propone una importante bajada de la tasa de retribución de la inversión, sino que aplica a las ineludibles inversiones en digitalización de la red el mismo factor reductor que aplica a los costes de operación y mantenimiento.

Desde AFBEL estimamos que ambos factores van a desincentivar la inversión poniendo freno a la necesaria modernización de la red de distribución y al desarrollo de las tecnologías que los fabricantes de AFBEL ofrecen por todo el planeta en las mejores condiciones competitivas y de vanguardia tecnológica.

Por tales motivos, AFBEL ofrece a la CNMC colaborar en un desarrollo regulatorio que asegure la adecuación de nuestras infraestructuras de red y el desarrollo de nuestro sector.

Las redes eléctricas claves para la electrificación de la economía

redes eléctricas

Por Guillermo Amann, Presidente de Asamblea General de AFBEL

Fiel a los compromisos adquiridos en la COP de Paris, la Unión Europea está impulsando el desarrollo hacia una economía baja en carbono y más eficiente en el uso de los recursos, mediante distintas políticas energéticas que se han concretado en unos objetivos de obligado cumplimiento, siendo éstos para el horizonte 2030-2050 muy ambiciosos. La transición hacia la descarbonización de nuestra economía es, hoy, una realidad y la adopción de estos objetivos demuestra que la Unión Europea quiere liderar este proceso de cambio. Es una realidad que todos los agentes involucrados en el sector energético están trabajando en soluciones cada vez menos emisoras de CO2, pero es también evidente que el vector eléctrico es el que está consiguiendo logros más evidentes con unos grados de penetración de generación de origen renovable impensable hace unos pocos años. La economía se va a electrificar progresivamente en sectores como el transporte por carretera, climatización e incluso en algunos procesos industriales intensivos en energía.

Esta transición no solo está afectando a las diferentes tecnologías de producción de electricidad sino también a su demanda y consumo. Los consumidores tienen cada vez una mayor concienciación sobre sus consumos energéticos y el suministro de energía más limpia, por lo que están adoptando un papel cada vez más comprometido y activo en el uso de los recursos energéticos a través de la eficiencia. Esto hace que la sociedad sea consiente y partícipe de aspectos como el avance de las energías renovables, el desarrollo de la generación distribuida, la necesidad del impulso al desarrollo del vehículo eléctrico o las novedades tecnológicas orientadas al consumo inteligente, la digitalización o el almacenamiento de energía.

Nos encontramos en un proceso de cambio. Un proceso de cambio en el que nuestro sistema eléctrico se enfrenta a una serie de retos en los que las redes eléctricas tienen que jugar un papel clave. Las redes eléctricas son, y seguirán siendo, el espacio común en donde tienen que operar todos los agentes, la palanca clave en la transición energética, ya que de su modernización y digitalización depende el desarrollo de los factores fundamentales para la descarbonización de la economía como son el desarrollo de la generación distribuida, el incremento de las energías renovables o la mayor penetración del vehículo eléctrico.

La digitalización y la automatización de las redes es uno de los pilares estratégicos que se tiene que tener como prioridad en esta transición hacia el nuevo modelo energético. Esta modernización de las redes eléctricas no solo implica la introducción de nueva tecnología orientada a la mejora de la operación del sistema, sino también, orientada a cumplir con las nuevas necesidades que tienen los prosumidores, aumentando su bienestar y eficiencia económica.

Se prevé que el prosumidor interactúe con la red, favoreciendo una gestión más eficiente del sistema eléctrico. Además, en momentos en los que la demanda de electricidad del sistema sea máxima, picos de demanda, las propias instalaciones de generación o las baterías eléctricas domesticas podrían volcar la electricidad de vuelta a la red, aplanando de esta forma la curva de demanda, lo que a su vez reduciría la necesidad de aumentar la capacidad de la red eléctrica. Estos avances permitirán al prosumidor tomar decisiones a tiempo real sobre cuándo, cómo y dónde consumir su energía, a la vez que mejorará de una manera notable la calidad del servicio y del suministro.

Por todo esto, las redes eléctricas son un elemento fundamental en la transición energética, integrando nuevos puntos de conexión tanto renovables como de recarga, siendo capaces de gestionar flujos de electricidad bidireccionales y adaptándose a las nuevas necesidades de todos los agentes. Sin embargo, esta modernización de las redes requerirá de la realización de nuevas inversiones a futuro que deberán de ir destinadas a fomentar la electrificación de la economía, aumentar las interconexiones internacionales, actualizar la red de media y baja tensión, desarrollar su digitalización y favorecer su automatización y modernización. No hay que olvidar que estas inversiones al tratar, en gran medida, de responder a retos tecnológicos, los nuevos puestos de trabajo que con ello se crea, son de cada vez más alta cualificación en el sector de bienes de equipo eléctrico y sus nuevas tecnologías asociadas. Además, potenciarán el desarrollo económico de todo el país, creando nuevas industrias y nuevos modelos de negocio.

El sector representado por AFBEL es puntero tecnológicamente y netamente exportador (aproximadamente un 50% de la facturación del sector), que genera un 0,5% del PIB nacional y un empleo directo e indirecto en España de más de 30.000 personas de alta cualificación.

En conclusión, las redes eléctricas tienen un papel estratégico como facilitadoras de la transición hacia un nuevo modelo energético y la descarbonización de la economía, al permitir la integración del resto de tecnologías de forma eficiente y efectiva. Por ello, en los próximos años las redes deberán experimentar un conjunto de actualizaciones y refuerzos, haciéndose cada vez más automatizadas y digitales, incorporando nuevas tecnologías, nuevos usuarios y nuevos servicios.

Por unas reglas estables para las redes eléctricas

redes eléctricas_AFBEL

Por Guillermo Amann, Presidente de Asamblea General de AFBEL, para Cinco Días

Se necesita un mercado doméstico sólido y sostenible para apalancar la activida

El estudio Hacia la descarbonización de la economía: la contribución de las redes eléctricas a la transición energética, elaborado por Monitor Deloitte, de impecable realización como no podía ser de otro modo considerando a sus autores, llega a las siguientes conclusiones sobre el mercado de redes eléctricas y su marco regulatorio.

En primer lugar, la transición energética va a conllevar un aumento de la demanda eléctrica y de la generación renovable; así como una mayor gestión activa de la demanda. En segundo, los operadores de red van a tener un papel crítico y necesitan modernizar las redes invirtiendo, hasta 2030, unos 30.000 millones en activos que forman parte de la base regulatoria. Eso supone un nivel de inversión similar a la media histórica y no supera los límites establecidos por la propia Regulación.

En tercer lugar, la tasa de retribución financiera debe estar en línea con nuestros países vecinos. Se estima así que la rentabilidad adecuada se sitúa en torno al 7%. Por último, a modernización de las redes contribuye a la disminución de los peajes, la posibilidad de ofertar nuevos servicios, el cumplimiento de los objetivos medioambientales y la creación de empleo. Eso supone beneficios relevantes tanto para los consumidores como para la sociedad en general

Es necesario analizar y considerar estas conclusiones que llegan en el momento preciso en el que se están sentando las bases para la definición de aspectos tan importantes como la retribución financiera de las inversiones en el siguiente periodo regulatorio que comenzará en 2020.

España necesita un marco regulatorio estable, consensuado por todas las partes. Sería altamente beneficioso para la sostenibilidad del sistema eléctrico que hubiese voluntad política, por parte de los partidos con voluntad de gobierno, para elaborar un pacto de Estado sobre energía que diese cobertura al nuevo marco regulatorio.

En el escenario político actual, resulta difícil imaginar que tal pacto se convierta en una realidad en el corto plazo, pero al menos, sí que cabe demandar a los partidos que la regulación del sistema eléctrico no se convierta, en ningún caso, en un instrumento político.

Sin entrar a valorar los medios puestos en escena, es un hecho que los peores momentos del déficit tarifario ya han sido superados y la deuda contraída se está amortizando. Eso lleva a pensar en que es el momento de incentivar la inversión, a través de la regulación, para el beneficio común de la necesaria modernización de las redes eléctricas ante los retos a los que van a estar sometidas con la implementación del paquete legislativo europeo Energía Limpia para todos los Europeos.

No hay que olvidar que la retribución de las inversiones en la red de distribución en nuestro país ha bajado en los últimos 20 años y es la menor de Europa. No podemos aspirar al despliegue de la infraestructura de carga del vehículo eléctrico, al fomento del autoconsumo a través de fuentes renovables distribuidas, a gestionar activamente la demanda ofreciendo servicios energéticos de valor añadido, a la muy necesaria electrificación de los puertos, a la adecuada digitalización de la red ni al incremento de la eficiencia energética del consumo y de la propia red, si no retribuimos adecuadamente la inversión en activos de distribución.

Resulta necesario consensuar el marco regulatorio del siguiente periodo, escuchando a todas las partes y mirando el modelo de los países de la Unión Europea. La estabilidad regulatoria es fundamental y debería estar basada en la evolución progresiva al servicio de los cambios de paradigma que se prevén significativos con la llegada del ambicioso paquete legislativo europeo. Este nos encamina hacia la decarbonización de la economía, que comienza con la decarbonización del sistema eléctrico y la electrificación de cada vez más sectores que demandan energía.

El sector de fabricantes de bienes de equipo eléctrico para las redes de transporte y distribución representados por Afbel necesita estabilidad y fomento de la inversión en nuestro mercado doméstico.

Vapuleados por la crisis (como otros muchos sectores) no tuvimos más remedio que concentrar nuestros esfuerzos en la exportación e internacionalización. No todos los fabricantes lo consiguieron: algunos por desgracia, han tenido que cerrar. Pero la mayoría ha superado el reto.

Hemos logrado sobrevivir como sector, a pesar de la brutal caída del mercado doméstico, porque somos competitivos, tecnológica y económicamente, frente a nuestros competidores europeos y mundiales.

Suponemos un 0,5% del PIB nacional y damos empleo de alta cualificación (directo e indirecto) a más de 30.000 personas. Empleo que hemos mantenido en porcentaje muy por encima de las caídas en facturación. Y hemos hecho ese esfuerzo precisamente por el hecho de tratarse de empleo altamente cualificado que resulta difícil de formar o recuperar.

Pero necesitamos un mercado doméstico sólido, de alto componente tecnológico y sostenible para poder apalancar con firmeza nuestra actividad exportadora a la que en ningún caso vamos a renunciar.

Y eso está en manos del Gobierno y la CNMC, que son responsables de diseñar e implementar un nuevo marco regulatorio que debería ser moderno y ambicioso para adecuarse a los nuevos retos.

Guillermo Amann es el presidente de la Asamblea General de la Asociación de Fabricantes de Bienes de Equipo Eléctricos.

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El reto de las redes eléctricas

redes-electricas_AFBEL

Por Guillermo Amann, Presidente de Asamblea General de AFBEL, para AGENDA DE LA EMPRESA, del foro de SMARTCITIES de GREENCITIES

Hace más de un siglo que el ser humano no entiende un mundo sin energía eléctrica, y hace un par de décadas que, poco a poco, no lo va entendiendo sin energía eléctrica limpia y sostenible.

El primer mundo, salvo excepciones coyunturales irresponsables, ha tomado partido en la lucha por el cambio climático.

La energía en general, y la eléctrica en particular por las posibilidades tecnológicas que ofrece, es uno de los vectores fundamentales para trabajar en favor del escenario sostenible a dejar a las futuras generaciones.

Las tecnologías de generación eléctrica limpia y renovable han tomado una vertiginosa senda de innovación que no sólo permite un presente exitoso, sino que augura la factibilidad de una ambiciosa senda hacia la total descarbonización del sector eléctrico. Podríamos llegar a pensar en un futuro en el que cada consumidor, del tipo que sea, fuese autosuficiente en su demanda de energía eléctrica a través de autoproducción renovable.

Pero al ser humano no le gusta estar solo y, atendiendo al fulgurante éxito de las redes sociales, parece que cada vez menos.

No es en absoluto previsible un futuro sin redes eléctricas que conecten grandes y pequeños generadores, medianos y pequeños consumidores-generadores y todo tipo de consumidores puros.

La red eléctrica de transporte y distribución es quien habilita a que todo actor del sistema eléctrico esté conectado con el resto. De hecho, su verdadero nombre debería llegar a ser “Red de Transporte, Distribución, Reparto e Intercambio”.

Pero, debemos hacernos una pregunta: ¿están las redes eléctricas preparadas para soportar los nuevos hábitos de generación y consumo sin poner en peligro la continuidad y calidad de suministro?

Analicemos unos cuantos hechos objetivos y su influencia sobre la red eléctrica antes de dar una respuesta:

  • Las fuentes de energía renovable son intermitentes y en cierta medida impredecibles. Eso implica la necesidad de poder regular y modular de forma rápida tanto las fuentes de generación como los consumos.
  • El avance tecnológico de la generación renovable permite fuentes de menor potencia embebidas en la red de distribución (tanto en media como en baja tensión) cerca de los consumos. Esto quiere decir que los flujos de energía eléctrica pueden ser bidireccionales, lo cual implica una necesaria sofisticación de los sistemas de protección.
  • Las directrices marcadas en el Paquete de Invierno de la Comisión Europea apuntan principalmente a un empoderamiento del consumidor y del consumidor-generador, a través de su capacidad de gestionar la demanda, auto producir y producir para terceros. Esto va a llevar irremisiblemente a una sofisticación de la operación del sistema.

Sin entrar en más detalles técnicos, la respuesta es clara: no, las redes eléctricas convencionales no están aún preparadas para soportar las nuevas solicitaciones a las que exponencialmente van a estar sometidas.

Es necesario dotar a las redes de la inteligencia suficiente, a través de su digitalización, que le permita soportar las nuevas solicitaciones a las que van a estar sometidas.

Automatización y supervisión de red y gestión integral de la información son conceptos fundamentales a incorporar progresivamente a las redes de distribución tanto en media como en baja tensión.

Las tecnologías necesarias para digitalizar la red están disponibles, pero las necesarias inversiones serán solo posibles con el adecuado marco retributivo que permita su progresiva implantación.

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Smart Grids: Redes Eléctricas ya ‘listas’

smart grids y redes eléctricas

El pasado 24 de marzo se publicó un artículo en el portal de ICEX, Spain Technology, sobre las Smart Grid en España.

La relación entre el consumidor y las compañías eléctricas está cambiando en España. Gracias a las redes inteligentes (Smart Grids) se puede mejorar la eficiencia energética de la sociedad, conocer nuestro gasto en tiempo real, controlar la potencia en función de señales económicas o técnicas, contratar las tarifas que mejor encajen en cada vivienda, y participar como productores en el mercado eléctrico.

Las redes inteligentes son más flexibles, robustas, fiables y seguras que las tradicionales y dan respuesta a la integración de la generación distribuida y renovable, a la gestión de la demanda y a la integración del vehículo eléctrico. Estas redes permiten un mejor conocimiento del estado eléctrico, captando y procesando grandes cantidades de datos y tienen un control del flujo eléctrico que circula en ambos sentidos.

Con todo esto se puede decir que en las smart grids el cliente toma un papel activo en la gestión de su propia electricidad. En definitiva, son redes más descentralizadas capaces de integrar nuevos modelos de generación y almacenamiento de energía.

En el artículo se destacan los papeles de FutuRed y el proyecto PRICE para el avance hacia las Smart Grids. Entre los objetivos de FutuRed destacan el desarrollo de infraestructuras de transporte de electricidad y de distribución más eficientes, operaciones fiables y flexibles y un suministro eléctrico con calidad y menor coste.  En resumen, se persigue una integración efectiva de las energías renovables y de la generación distribuida de electricidad.

Para lograr todos estos retos, Iberdrola y unión Fenosa lideran conjuntamente el proyecto PRICE. En este proyecto participan 17 socios de Europa  entre los que figuran operadores eléctricos, proveedores industriales y de tecnologías de a información, centros de investigación y universidades. Se trata de un demostrativo de redes inteligentes que se realiza en el corredor de Henares (provincias de Guadalajara y Madrid).