AFBEL lleva a la radio los retos y oportunidades actuales del sector de bienes de equipo eléctrico

AFBEL @ Conecta Ingeniería - Capital Radio
  • El miércoles 17 de enero el programa CONECTA ENERGÍA de CAPITAL RADIO entrevistó a Guillermo Amann, Presidente de Asamblea General, para que explicara en profundidad los últimos avances tecnológicos que se han producido en el sector eléctrico para ofrecer un amplio abanico de servicios a los consumidores más eficiente.

En esta entrevista Guillermo Amán quiso destacar en primer lugar la necesidad de reforzar la red y dotar de inteligencia la red, es decir, utilizar de manera más eficiente la red que tenemos. Un sistema 100% renovable solo es posible con una red absolutamente automatizada e inteligente y con una capacidad de almacenamiento superior al actual.

Para ello es necesario, un “sistema regulatorio estable y ambicioso” para disponer de infraestructuras eléctricas sólidas, modernas, avanzadas y altamente digitalizadas con las que afrontar situaciones extremas, tanto climáticas como otras posibles situaciones (sanitarias recientemente) que se puedan dar en el futuro.  Garantizar la estabilidad regulatoria como pilar esencial para la seguridad jurídica de los inversores es absolutamente necesaria para disipar la amenaza que están sufriendo este tipo de inversiones.

Igualmente, Amann resaltó que las necesidades de inversión en red son cada vez mayores y seguirán aumentando toda vez que se integren completamente todas las renovables y descarbonicemos totalmente el sistema eléctrico.

Dar visibilidad al papel fundamental del sector e de bienes de equipo eléctricos en la economía española integrado por una mayoría de pymes con plantillas que destacan por su elevada cualificación es la misión de AFBEL que se muestra optimista al esperar que en 2024 se avance progresivamente en la descarbonización.

AFBEL lleva a la radio los retos y oportunidades actuales del sector de bienes de equipo eléctrico

Entrevista AFBEL_Conecta Ingeniería - Capital Radio
  • El 9 de junio de 2021, el programa CONECTA ENERGÍA de CAPITAL RADIO entrevistó a Guillermo Amann, Presidente de Asamblea General, y Mar Duque, Directora General, quienes subrayaron los retos y oportunidades que afronta nuestro sector de bienes de equipo eléctricos y cómo se ha convertido en un claro estudio de caso en riesgo por las circunstancias coyunturales que estamos viviendo.

Entre otros, se destacó el papel fundamental que el PNIEC va a suponer para  el 2050, con ambiciosos objetivos medioambientales en la futura penetración de las renovables y que impone facilitar las inversiones en las redes eléctricas para que puedan evolucionar correctamente. La actual problemática con la volatilidad de los precios en las materias primas en un sector que se caracteriza por fabricar con uso intensivo en materias primas presenta un riesgo ya que este sobrecosto se debe trasladar al mercado. Esta situación de peligro para nuestra labor comercial como empresas solo podrá solucionarse con la publicación de unos índices actuales y sin decalaje en el tiempo y que a su vez comuniquen la situación real vivida por nuestras empresas, reto que AFBEL toma como inmediato.

Por último, y no menos importante, desde AFBEL se han trasladado los beneficios que supone la electrificación a la sociedad para conseguir la deseada descarbonización y como una subida del techo de gasto en las inversiones en las redes eléctricas es la forma de poder impulsar su correcta evolución. Esta evolución deberá ser medible y rectificada gracias a la publicación de unos índices que medirán el grado de electrificación en las infraestructuras eléctricas.

Entrevista Guillermo Amann, Presidente de la Asamblea General de AFBEL

Guillermo Amann
Descarga aquí la entrevista de la Revista MMi en PDF

Desde que se inició la crisis sanitaria por la COVID-19, el sector de bienes de equipo ha demostrado ser esencial para el suministro eléctrico, facilitando que todas las infraestructuras críticas continuasen prestando servicios de forma ininterrumpida. ¿Se ha traducido esto en mejores perspectivas para el sector?

En los peores momentos del confinamiento, al inicio de la pandemia, nuestro sector fue muy consciente de la criticidad del correcto funcionamiento de la red eléctrica y del papel fundamental que nosotros teníamos que jugar para mantener el suministro de todo tipo de equipamientos. Nos preparamos en nuestras fábricas y con toda la cadena de valor para poder atender a todas las necesidades tanto en España como en mercados exteriores. Además, negociamos con el Ministerio de Economía para ser declarado sector esencial y, por tanto, no estar sujetos a limitaciones o cierres de actividad.

Podemos estar orgullosos de que España fue uno de los pocos países europeos en los que el sector de bienes de equipo eléctrico ha seguido funcionando durante toda la pandemia sin apenas disrupciones. Este hecho nos ha hecho más fuertes y ha apalancado nuestra reputación internacionalmente.

Podemos afirmar así que las perspectivas a medio plazo del sector han salido netamente reforzadas.

 

Además, la necesidad de que las redes sean más inteligentes hace que las empresas productoras de bienes de equipo tengan que adaptarse a las nuevas necesidades tecnológicas del mercado. Ello hace que se dinamice el sector.

Así es. La digitalización de las redes de distribución, incluidas las de baja tensión, supone un reto tecnológico para el que los fabricantes españoles estamos sobradamente preparados.

No es posible manejar un sistema eléctrico de futuro basado en fuentes de generación renovable, en muchos casos conectadas a la red de media e incluso baja tensión, con infraestructura de recarga masiva para vehículos eléctricos, con sistemas de gestión de la demanda y almacenamiento distribuido, sin una sólida inteligencia digital debidamente automatizada y comunicada en tiempo real.

Esto no supone ninguna amenaza para los fabricantes españoles. Hace muchos años que hemos adaptado nuestras estructuras de I+D al reto de la “smartización”, digitalización y comunicabilidad. Nuestro portfolio de soluciones para la automatización y digitalización compite a nivel global y, diría aún más, por nuestra propia idiosincrasia de empresas flexibles, estamos situados en una posición óptima para poder atender en detalle y a medida las necesidades de cada cliente individualmente.

 

El Plan Nacional Integrado  de Energía y Clima (PNIEC) prevé una penetración de las renovables del 70% para 2030 y del 100% para 2050. ¿Cree que estamos en la senda de conseguir este ambicioso plan?

No tenemos más remedio que asumirlo y acometer el reto que nos plantea el PNIEC.

Es ambicioso, sí, pero es realizable.

Recuerdo que cuando a principios de este siglo comenzó el despliegue masivo de generadores eólicos, la discusión técnica versaba alrededor de qué porcentaje de generación eólica era capaz de absorber y gestionar el sistema eléctrico.

Oí decir en voz alta que era técnicamente inviable la gestión del sistema con más de un 10% de generación eólica. Me refiero a potencia instantánea y no a energía. Acometer objetivos más ambiciosos se consideraba simplemente una quimera.

¿Y cuál es la realidad hoy? Todos la conocemos; el 32% de toda la energía consumida en España en el año 2020 viene de fuentes renovables (40% contando la hidráulica) con picos de cobertura diarios de más del 50% (más del 65% con la hidráulica).

Esta evolución tecnológica ha sido posible, en gran parte, por el esfuerzo realizado durante años por Red Eléctrica de España en la digitalización y automatización de su infraestructura.

Si realizamos ese mismo esfuerzo en la red de distribución e integramos los necesarios sistemas de almacenamiento, el reto PNIEC va a ser posible. Pero sin inteligencia de red, digitalización y automatización nunca sería posible manejar los flujos de energía en un escenario de alta penetración de fuentes renovables, muchas de ellas embebidas en la red de distribución.

 

Esto llevará aparejado la necesidad de modernizar las redes eléctricas. ¿Están preparadas la red de transporte y las redes de media y baja tensión?

La modernización de las redes es condición sine qua non; sin adaptar las redes no puede haber transición energética.

Como he dicho, la red de transporte ha hecho un esfuerzo titánico de adaptación para la gestión de fuentes de generación intermitente y su realidad a día de hoy es que está plenamente digitalizada. Naturalmente, hay que mantenerla, renovarla y ampliarla en la medida que vayamos ahondando en la electrificación de la economía, pero a día de hoy ya es una de las mejores del mundo.

El reto fundamental está en la red de distribución. Subestaciones y centros de transformación deben ser digitalizados y automatizados. La estabilidad de la tensión en zonas de alta penetración degeneración distribuida sólo se podrá conseguir con la instalación de transformadores inteligentes. Y, para gestionar la demanda y las necesidades de los productores-consumidores y para ofrecer servicios de agregación, flexibilidad y gestión de la demanda, se necesita digitalizar (y en cierta medida automatizar) la red de baja tensión.

Todas esas inversiones en red de distribución son inversiones reguladas y sólo se podrán acometer si se aumenta de forma significativa el techo del gasto, actualmente situado en el 0,14% del PIB. Ese nivel de inversión cubre las necesidades de renovación, extensión y refuerzo de la red; pero no es suficiente para dotar al sistema eléctrico de la inteligencia necesaria para gestionar un sistema eléctrico como el que he definido antes.

Es imprescindible considerar por ley que el sistema de distribución precisa de un mayor volumen de inversión para poder acometer la transición ecológica.

 

La otra cara de la moneda de las renovables es que generan electricidad de forma intermitente, no 24/7. ¿Qué pasa cuando se va la luz del sol o cuando el viento deja de soplar? ¿Cómo se garantiza la seguridad del suministro?

El sistema funciona en la actualidad con altas tasas de penetración de renovables. Funciona gracias a la flexibilidad que le confieren el almacenamiento por bombeo, la generación hidráulica y los ciclos combinados; todos ellos de rápida respuesta y fácil regulación.

Pero, para llegar a los ambiciosos objetivos de penetración de renovables que plantea el PNIEC y seguir la senda de la descarbonización, es imprescindible dotar al sistema de más flexibilidad. Eso sólo va a ser posible -además de con la flexibilización de la demanda- con la implementación y despliegue de mucha más capacidad de almacenamiento. En este punto hay que tener en cuenta todas las tecnologías disponibles.

El almacenamiento electroquímico es una realidad tecnológica que puede complementar al bombeo en el corto y medio plazo. Pero es necesario invertir en el desarrollo de tecnologías de almacenamiento prometedoras aunque aún inmaduras, entre las que se encuentra el hidrógeno, que podrían ser integradas en el sistema eléctrico en el largo plazo.

 

Ha recordado que las redes eléctricas son un sector regulado. ¿Qué medidas regulatorias cree que es necesario acometer para permitir su plena adaptación?

En mi opinión, hay dos medidas regulatorias indispensables para permitir convertir las redes en sistemas inteligentes capaces de gestionar un mix energético eléctrico con altísima penetración de renovables en un escenario de electrificación masiva de la economía.

La primera ya ha sido propuesta por el Gobierno. Se trata del Fondo Nacional para la Sostenibilidad del Sistema Eléctrico. Es necesario descargar a la factura eléctrica de parte del peso dela descarbonización del sistema energético nacional.

El principio “quien contamina paga” debe presidir la transición energética.

La propuesta del FNSSE ya está sobre la mesa y va en la buena dirección, ahora es necesario ponerla en práctica adecuadamente y a tiempo.

La segunda medida es la que he comentado antes; sin aumentar el techo de la inversión en redes de distribución no es posible su adaptación a las nuevas solicitaciones a las que está siendo sometida incrementalmente. Invertir en red es el camino hacia la descarbonización a través de la electrificación de la economía.

 

Para finalizar, ¿cuáles son los principales retos a los que se enfrenta la industria española de bienes de equipo eléctrico?

Nuestro sector es competitivo y de altísima calidad y ha sido considerado esencial durante la pandemia, asumiendo la transición energética como la prioridad vital para el correcto desarrollo de una red eléctrica resiliente.

En este momento de incertidumbre global, se está produciendo una volatilidad pronunciada en los precios de las materias primas que impacta en la rentabilidad y competitividad de nuestro sector al provocar un aumento considerable de los costes, a los que se unen las medidas de seguridad impuestas por la pandemia en un sector de márgenes ajustados.

Las extraordinarias inversiones en logística y, en paralelo, algunas disrupciones en el suministro de algunos componentes, con especial énfasis en la escasez de suministros de microchips, suponen el principal reto para afrontar la deseada digitalización de la red eléctrica.


FUENTE: REVISTA MMi

Entrevista a Guillermo Amann

Guillermo Amann
Entrevista a Guillermo Amann, Presidente Asamblea General de AFBEL, por ADEMI (Asociación de Empresas de Ingeniería, Montajes, Mantenimientos y Servicios Industriales)

Nuestro sector genera alrededor de un 0,5% del PIB español y da empleo (entre directo e indirecto) de alta cualificación a más de 30.000 trabajadores

¿Qué cifras definen a la Asociación Española de Fabricantes de Bienes de Equipo Eléctricos de Alta y Media Tensión, a cierre de 2018?

Somos un sector de tamaño moderado, pero de gran capacitación y competitividad tecnológica. La facturación consolidada en 2018 ronda los 5.000 millones de euros, de los que una tercera parte se han conseguido en el exterior.  Desde 2015 crecemos a ritmo sostenido, tanto en el mercado doméstico como en exportación. Podemos decir que 2018 ha sido un año razonablemente bueno. Pero hay un dato que merece la pena resaltar; generamos alrededor de un 0,5% del PIB español y damos empleo (entre directo e indirecto) de alta cualificación a más de 30.000 trabajadores. En los peores años de la crisis, entre 2011 y 2014, mantuvimos el empleo muy por encima de las bajadas de facturación. El sector resistió la crisis sin deshacerse significativamente de su principal activo: sus profesionales.

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