El sector afronta las fuertes subidas de las materias primas sin poner en riesgo el despliegue de infraestructuras eléctricas en curso

materias primas

La patronal de bienes de equipo eléctrico, Afbel, pone en evidencia la volatilidad en los precios de materias primas críticas, la escasez de suministros de algunas de ellas y los problemas logísticos de transporte a nivel mundial como consecuencia de la COVID-19

La subida generalizada de los costes de las materias primas principales como el cobre, aluminio o acero, que en algunos casos rozan el 50%, junto con disrupciones en el aprovisionamiento, escasez mundial de microchips y problemas en el transporte mundial de mercancías, hace peligrar la competitividad del sector proveedor de la tecnología para la red eléctrica según advierte Afbel, la Asociación Española de Fabricantes de Bienes de Equipo Eléctricos de Alta y Media Tensión.

La patronal del transporte y distribución de bienes de equipo eléctrico ha puesto el foco no sólo en el fuerte incremento de precios que se están produciendo en los materiales para la fabricación, sino también en problemas de suministro y de transporte. Así, Afbel confirma el alza de los costes de las materias primas de las resinas aislantes en más de un 30%, del aceite mineral y aluminio en un 25% y de la chapa magnética del 20%. Además, destaca que el cobre y el acero han experimentado un crecimiento del 50% en sus precios.

Esta subida generalizada impacta en la rentabilidad y competitividad de este sector considerado esencial durante la pandemia. “Las extraordinarias inversiones en logística y, en paralelo, la volatilidad del precio de las materias primas ha provocado un aumento considerable de los costes a los que se unen las medidas de seguridad impuestas por la pandemia en un sector de márgenes ajustados”, alerta Mar Duque, Directora General de Afbel.

“Contar con una red eléctrica resiliente y un sector potente, competitivo y de altísima cualificación para desarrollar nuevas tecnologías digitales es vital en la transición energética”, apostilla.

Por otro lado, la escasez de suministros de semiconductores está ya ralentizando la producción de dispositivos electrónicos en todo el mundo. Esta falta de suministro tiene su origen en la dependencia de la industria manufacturera de un pequeño número de proveedores de semiconductores procedentes de Asia, cuyo mercado mundial ha variado tras el cambio de paradigma del uso de microchips debido a la pandemia. Los fabricantes de Afbel no son ajenos a este problema. Según Mar Duque “La digitalización de la red eléctrica ha supuesto la incorporación masiva de elementos electrónicos en los equipos convencionales“.

La industria española del sector representa más de 45 empresas que emplean a 26.000 trabajadores directa e indirectamente, sumando unas ventas anuales de aproximadamente 4.000 millones de euros. En cuanto a tecnología y productos, suponen más del 65% de las inversiones de equipamiento de conexión de renovables y del 90% del de las redes.

Antes de la irrupción de la COVID-19 se calculaba una inversión en redes en España de entre 38.000 y 46.000 millones de euros hasta 2030 mientras que la generación renovable traería consigo inversiones adicionales cercanas a los 7.000 millones de euros en equipos eléctricos por la descarbonización, la modernización y digitalización según el estudio realizado por Monitor Deloitte para AFBEL.

Los problemas de suministro y de transporte afectan al precio final del producto

Paralela a la escalada de precios de las materias primas, que se está produciendo tanto en España como en Europa, se suman disrupciones en el suministro. La tendencia al acaparamiento y a asegurar el stock para hacer frente a la demanda en caso de continuar los problemas logísticos puede conducir a deteriorar seriamente la competitividad de nuestras empresas y su posición de liderazgo a nivel europeo que tantos años ha costado construir.  “Además se contribuye a la especulación y a que los precios sigan subiendo, lo que finalmente redundará negativamente en los usuarios” alertan desde AFBEL.

Finalmente, los problemas de transporte derivados del nuevo flujo logístico mundial al arrancar el gigante chino sus exportaciones mientras el resto del mundo todavía sufre la Covid-19 está trayendo importantes consecuencias, entre ellas el cierre de puertas al mercado exterior de un sector que desde el 2012 ha sabido exportar el 40% de su producción.

Una vez más, Afbel revindica el importante papel que juegan los fabricantes de bienes de equipo eléctrico españoles en la electrificación de la economía ya que su misión es desarrollar nuevas tecnologías digitales y cadenas de valor potentes para adaptarse a los nuevos avances tecnológicos como los vehículos de cero emisiones y sus infraestructuras de recarga. También permiten hacer factible el rol activo de los consumidores a través del despliegue de la generación distribuida.

 

“Modernizar la red de distribución de media y baja tensión es una asignatura pendiente”

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Por Guillermo Amann, Presidente de Asamblea General de AFBEL, para Revista CdeComunicación.es

Guillermo Amann describe en esta entrevista la caída en el volumen de mercado de los últimos años y los retos que debería abordar el sector, que mira al exterior desde hace años.

Guillermo Amann, presidente de la asamblea general de AFBEL (Asociación de Fabricantes de Bienes de Equipo Eléctrico), hace un breve recorrido histórico de la asociación, que nació como una agrupación o comité de fabricantes –sin entidad jurídica– en el seno de SERCOBE; con el tiempo se fue desarrollando y creciendo en actividad y en importancia, y finalmente, por la necesidad de representatividad, se decide convertir este comité en asociación como tal en el año 2007, con la idea de dar cobertura y prestar un mejor servicio a las empresas que trabajan en determinados subsectores de equipamientos de media y alta tensión (MT y AT), como transformadores de distribución y potencia, aparellaje, sistemas de alimentación ininterrumpida (SAI’s), pararrayos, convertidores, motores, grupos electrógenos, y torres y apoyos metálicos.

AFBEL tiene así desde esa fecha una autonomía absoluta pero sigue vinculada a SERCOBE, “en una relación de parentesco de padre e hijo, aunque algo lejana”, matiza Guillermo Amann.

La asociación ha tenido una evolución estable, a pesar de la recesión de los últimos años, y en la actualidad está formada por 46 empresas; cuenta con el Comité de Internacionalización de carácter transversal y otros siete comités de trabajo verticales: Aparellaje MT y AT, Apoyos Metálicos, Pararrayos, SAI’s, Transformadores, Electrógenos y Smart Grids; “este último es el más reciente, fue creado hace tres años”.

La evolución del mercado de infraestructuras eléctricas

El presidente de la asamblea general de AFBEL explica que todos los segmentos representados por la asociación vivieron unos años de crecimiento desbocado, con tasas incluso de entre el 15 y el 20%, muy superior al incremento natural del mercado que se podría prever. “Este escandaloso crecimiento nos llevó a un volumen de mercado récord en el bienio 2007-2008, debido principalmente a dos factores: el boom de la construcción, con la urbanización de nuevas zonas y la creación de polígonos industriales, que exigen la dotación de infraestructuras eléctricas en media y alta tensión –redes de conexión y distribución–; y el boom de las energías renovables”.

Para responder a esta demanda, los fabricantes de AFBEL se dotaron de instalaciones productivas de alta capacidad en España, pero llegó la crisis, que afectó de manera distinta a los diferentes subsectores representados en la asociación. “Aquellos que crecieron de forma más rápida, más ligados al desarrollo de la red eléctrica de media y alta tensión, son los que más han sufrido la crisis económica”, detalla Amann, a causa del parón en los dos vectores citados: la construcción y las renovables. A estos se han unido dos factores más: el descenso de la inversión industrial así como la caída de las inversiones de las compañías eléctricas.

El entrevistado apunta que el retroceso en estas últimas se debe a la incertidumbre generada por “las erráticas políticas energéticas seguidas estos años en este país, que suponen no tomar medidas de futuro, y cuyo único afán es evitar que el déficit de tarifa no siga creciendo”. Los recursos destinados a las redes de transporte y distribución han sufrido un serio recorte, lo cual está provocando que la renovación natural del parque de instalaciones (mantenimiento, sustitución de equipos obsoletos o envejecidos…) se haya visto afectada.

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