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La red eléctrica es el sistema nervioso de la transición energética en Europa

Por Mar Duque,
Directora General de AFBEL, para Energética XXI

Las redes eléctricas desempeñan un papel central en la transición energética. Todos los actores del sector eléctrico, es decir distribuidores, compañías eléctricas, fabricantes de equipos, proveedores de tecnología, Comisión Europea y Organismos Nacionales de Regulación se han unido para afrontar los retos que se presentan para cumplir los objetivos del Pacto Verde Europeo.

 

La tecnología para el sistema eléctrico europeo está disponible y tanto fabricantes como distribuidoras y operadoras de transporte, con el apoyo de los gobiernos, están trabajando en la construcción de la red para una Europa climáticamente neutra. Es necesario un compromiso claro y a largo plazo en forma de planes de inversión para el desarrollo de redes para todos los niveles de tensión y proyectos en cartera para la adquisición de tecnología de red. Esto permitirá a la industria presentar en 2024 argumentos comerciales (con un retorno sobre el capital competitivo) y comprometerse a organizar su cadena de suministro, y reclutar y desarrollar el talento las habilidades necesarias de los recursos humanos.

Por tanto, el reto más importante en 2023 ha sido lograr el reconocimiento político de la importancia de las redes eléctricas y la industria de transporte y distribución, así como el de toda su cadena de valor asociada. Somos un facilitador esencial de la transición energética. Las recomendaciones de los principales líderes del sector de las redes eléctricas en Europa deben traducirse ahora en acciones e iniciativas conjuntas concretas. Para integrar grandes cantidades de electricidad verde y electrificar los sectores de consumo, necesitamos ampliar considerablemente nuestras redes de transmisión y distribución, digitalizarlas y dotarlas de la inteligencia suficiente. Tradicionalmente la red de transporte y distribución ha sido la columna vertebral del vector energético eléctrico, pero desde ya, también tiene que ser su sistema nervioso.

Para 2024, esta industria demanda un compromiso claro a largo plazo con las necesidades de los operadores europeos. Las mejoras propuestas en la planificación de la red a largo plazo tanto para la transmisión como para la distribución deben proporcionar una base sólida para la planificación industrial en forma de medidas que faciliten las inversiones en capacidad de fabricación y aseguren las cadenas de suministro.

En este sentido, incentivar un mejor uso de las redes, incluido el enfoque en la consideración de OPEX además de CAPEX, la promoción de la adopción y el despliegue de redes inteligentes, la eficiencia de las redes y las tecnologías innovadoras jugarán un papel decisivo en la tan ansiada transición energética.

En este contexto, el sector español de bienes de equipo eléctricos ha navegado en el 2023 sorteando diversas dificultades y lejos de apagarse ha sabido crecer y crear empleo.

La industria de bienes de equipo eléctrico de nuestro país se caracteriza, en contraposición con nuestros vecinos comunitarios europeos, por su tejido empresarial conformado por una mayoría de pymes. Si bien otros países apenas cuentan con algún fabricante de renombre, en España existen más de siete entre transformadores y otros tantos de estructuras metálicas para torres y subestaciones que generan empleo de calidad en zonas geográficas donde la industria es muy necesaria, como es el caso de Castilla-León, Castilla- La Mancha, Murcia, Andalucía, Extremadura, etc; además de las tradicionales zonas industriales como País Vasco, Madrid, Cataluña o Valencia. Las plantillas que integran este sector destacan por su elevada cualificación, compleja de formar, y que cada vez escasea más.

Otro factor relevante a resaltar es que el producto del sector de materiales de equipo eléctrico es intensivo en el uso de la materia prima, llegando a representar, en algunos subsectores como el de las estructuras metálicas, casi un 80% de su valor. Tras la estabilización de los precios que ha seguido a la volatibilidad sufrida el año pasado, estamos actualmente viviendo una tendencia alcista muy palpable convirtiendo la labor comercial de los fabricantes en un campo de batalla. Las empresas se ven obligadas a defender el encarecimiento de sus productos producido mayoritariamente por la fuerte subida de la materia prima.

Como consecuencia y adelantándose a las tendencias de mercado como es su misión, AFBEL inició a primeros de 2023 la publicación de los índices de todas las materias primas que se utilizan en la fabricación de los equipos de redes eléctricas de transporte y distribución. Esta información procede de fuentes propias de AFBEL y de publicaciones abiertas y reconocidas. Todos nuestros índices son auditados y certificados por una consultora independiente para verificar el carácter riguroso y fehaciente de su elaboración. Esta iniciativa ha tenido una gran acogida ya que facilita notablemente la labor a todos los agentes de nuestro sector.

La inflación tampoco ha favorecido a los bienes de equipo eléctricos, donde la mano de obra y todos los costes (directos e indirectos) se ven afectados.

No obstante, la gran demanda de este sector es la estabilidad regulatoria y jurídica, tan necesaria para que los fabricantes puedan planificar con anticipación sus estrategias de I+D y de fabricación de sus productos. La ingente cantidad de desarrollos legislativos que nos viene impuesta desde Europa así como los vaivenes del entorno regulatorio propio, añade un factor de dificultad a los fabricantes que se encuentran con cada vez más requisitos normativos y la necesidad de realizar fuertes inversiones en I+D. Todo esto, se complica más todavía cuando se detecta que debido al incremento coyuntural de la demanda de sus productos, muchos productos extranjeros de fuera de la Unión Europea encuentran hueco en nuestro mercado. Estos productos procedentes de otros continentes a menudo no cumplen con todas las exigencias legislativas que se refleja en precios más bajos con los que resulta complicado competir.

La falta de un marco regulatorio estable pone en peligro la llegada de las inversiones necesarias para disponer de infraestructuras eléctricas sólidas, modernas, avanzadas y altamente digitalizadas con las que afrontar situaciones extremas, tanto climáticas como otras posibles situaciones (sanitarias recientemente) que se puedan dar en el futuro.  Garantizar la estabilidad regulatoria como pilar esencial para la seguridad jurídica de los inversores es absolutamente necesaria para disipar la amenaza que están sufriendo este tipo de inversiones.

La gran oportunidad se presenta con la demanda por parte de la sociedad de la descarbonización de la economía. La electrificación no es solo un hecho, es una necesidad, y para que este sector se desarrolle adecuadamente, necesita un sistema regulatorio que apueste por unas reglas del juego estables y ambiciosas para que nuestros principales clientes, las Compañías Eléctricas, puedan invertir en nuestra red de una forma que nos permita a los fabricantes desarrollar nuestras partidas de fabricación de forma ordenada.

El mercado se ha comportado bien en la primera mitad de año, pero a partir de julio se ha notado una ralentización en la entrada de pedidos que se ha extendido hasta ahora. La cifra global de negocio en 2023 va a terminar con un cierto incremento respecto al año precedente. Sin embargo, la cartera de pedidos ha adelgazado debido a esa ralentización. Aun así, somos optimistas y esperamos que en 2024 se produzcan los pasos necesarios para avanzar en la descarbonización de la economía tanto en España como en todos los países de la Unión Europea.